Cerca de 200 personas salieron a correr desde el Paseo de Vara de Rey en memoria de Laura Luelmo, poco después de las 11 de la mañana. | MARCELO SASTRE

Alrededor de 200 personas se sumaron ayer a la carrera en recuerdo a Laura Luelmo, la última víctima de violencia machista. La carrera empezó en Vara de Rey, fue hasta el puerto y regresó al céntrico paseo de Vila. Antes de empezar se hizo un minuto de silencio y las portavoces de la convocatoria, María Jambrina y Cristina Huera, leyeron unas palabras para recordar el motivo de la carrera: reivindicar el derecho a salir a la calle sin miedo.

Paula, una de las jóvenes que salió a correr junto a su amiga Sandra, consideró que es un problema de educación que «afecta a todos, no solo a nosotras». «Creo que en su mayoría los hombres no están concienciados, muchos piensan que ésta no es su lucha», lamentó. Marina y Marc, de 19 y 20 años, fueron los más jovenes de la concentración, pero con las ideas muy claras. «Creo que las leyes deberían proteger más a las mujeres», contó Marc, a la vez que reconoció que empezaban a ser conscientes de la necesidad de movilizarse para «erradicar» esta lacra de la sociedad. Carmen, profesora en un instituto en Ibiza, mostró su preocupación porque cada vez perciben más que en franjas de edad extremadamente jóvenes hay órdenes de alejamiento. «Te empeñas en educar, te empeñas en que las autoridades promulguen leyes que protejan a las mujeres, pero al final esta violencia parece intrínsenca a nuestra sociedad», condenó.

María Jambrina, una de las portavoces de la carrera reivindicativa, destacó que el hecho de que se hayan realizado 150 concentraciones en todo el territorio nacional «demuestra el pensamiento que tiene la sociedad». «Apostamos por educar en valores de respeto. Queremos sentir que somos libres y que podemos estar tranquilas cuando salimos a la calle», declaró. Cristina Huera, también portavoz, quiso recalcar que este movimiento «no solo es de mujeres, también hay hombres sufriendo muchísimo por esto y agradecemos que haya habido hombres que se han sumado a la carrera». Ellas, todas, quieren vivir en paz, sentirse libres, seguras, en definitiva, caminar por las calles, de día o de noche, en compañías o solas, de forma segura. «Esto tiene que parar y pedimos que se pongan medidas más fuertes para gente que está suelta y que no debería estarlo», manifestó Cristina.

La sociedad ibicenca, un domingo por la mañana y en vísperas de la Nochebuena, volvió a responder de la mejor forma posible para exigir respeto, derechos e igualdad.