Vicente Juan Segura, obispo de la diócesis, fue el encargado de oficiar la misa. | MARCELO SASTRE

El barrio de Can Bonet celebró ayer el día grande de sus fiestas patronales en honor a la Sagrada Familia. La jornada, que empezó a las 09.00 horas de la mañana con el pasacalles musical a cargo de la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús Cautivo y continuó a las 10.00 horas con la chocolatada, transcurrió en un día prácticamente primaveral en el que centenares de vecinos acudieron para disfrutar de las fiestas.

La misa fue oficiada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, y al acto acudió el alcalde de Sant Antoni, Pep Tur Cires; el concejal d’Obres i Infraestructures, Juan Costa; el concejal de Festes, Raúl Díaz; el concejal de Comerç, Mobilitat i Via Pública, Joan Torres; el concejal d’Esports i Relacions Institucionals, Antonio Lorenzo, uno de los candidatos del PP a las próximas elecciones municipales, Marcos Serra, entre otros, así como el conseller d’Economia i Medi Ambient, Gonzalo Juan y la directora insular de Transparència, Gloria Santiago. Una vez que todo el mundo se encontraba dentro de la parroquia, los miembros de la colla de Can Bonet empezaron a repiquetear tambores y castañuelas para entrar en la iglesia.

El obispo recordó que era la primera misa antes de la Navidad en la que Can Bonet se estrenó como parroquia. Además de los vecinos de la zona, se sumó a la misa el primer párroco de la Sagrada Familia, Virgilio Bago, que también es el capellán de esta comunidad asiática en Ibiza. De hecho, en esta iglesia ya se ofician desde el pasado mes de julio misas en tagalo todos los domingos por la tarde.

Después de la misa se llevó a cabo una pequeña procesión en la que se sacaron a varios santos y a la patrona del barrio, La Sagrada Familia, la cual discurrió por varias calles aledañas a la capilla.

De regreso a la capilla, y una vez guardados los santos en su lugar, la Colla de Can Bonet, formada por balladors y balladores de diversas edades, efectuaron una exhibición de ball pagès con su sonada, la cual fue acogida con grandes aplausos por el numeroso público que acudió al lugar, y que también tuvo la oportunidad de probar los bunyols y el vi pagès que se repartió entre los asistentes.

Ya por la tarde, a partir de las 18.00 horas, tuvo lugar una fiesta de la comunidad filipina, muy numerosa en el barrio. El día grande cerró por la noche con música en vivo y baile en el centro social y premios de las diferentes competiciones.