García Millán actuará por primera vez en Ibiza, en el Espai Cultural Can Ventosa. | Enrique Cidoncha

Ginés García Millán (Murcia, 1964) cuenta con una dilatada trayectoria como actor, en la que ha combinado el teatro, el cine y la televisión. Seguramente, muchos le conocerán por haber sido uno de los mejores intérpretes de Adolfo Suárez en la gran pantalla; otros, tal vez, por sus papeles de «malo», entre ellos Bernardo, de la serie Herederos, papel por el que se llevó el premio a mejor actor secundario, Adam, de la película Vulcania, Pacheco, de la serie Isabel o la recientemente estrenada en Antena 3 Matadero, en la que interpreta a Pascual.

Y ahora los ibicencos y residentes de la isla tendrán la oportunidad de conocerle en directo este sábado, a partir de las 21:00 horas, en el Espai Cultural de Can Ventosa. El actor participará en la obra «Espía a una mujer que se mata», una adaptación del escritor y dramaturgo ruso Antón Chéjov, cuyo texto, dirección y escenografía es obra del director argentino Daniel Veronesey y de Adriana Roffi, ayudante en la dirección de la obra.

Por este papel, en el que García Millán interpreta a Vania, fue nominado como mejor actor protagonista de teatro en los premios de la Unión de Actores y se llevó el premio a la mejor interpretación masculina de 2017 de Madrid Es Teatro. El reparto contará, además, con actores de la talla de Jorge Bosch, Pedro García de las Heras, Malena Gutiérrez, Marina Salas, Susi Sánchez y Natalia Verbeke. Una obra que permitirá a los espectadores reflexionar sobre la vida, el paso del tiempo, las relaciones familiares, lo que somos, lo que hemos dejado de ser y lo que ya nunca podremos ser.

—La obra Espía a una mujer que se mata es una adaptación de Tío Vania, de Antón Chéjov. Explíquenos un poco en qué consiste.
—Podemos decir que es uno de los textos dramáticos más importantes de la literatura universal y una de las obras más grandes de Chéjov. Y, en este caso, con la mano maestra y la dirección de Daniel Veronese, que ha conseguido plasmar la esencia de Chéjov, porque es muy leal a la original; es como si hubiese metido muchas emociones en una coctelera de sentimientos, ¿no? Y extrae un jugo muy bello, que es la vida sin trampa de esos personajes.

—Usted interpreta el papel de Vania, una actuación que ha sido descrita como «memorable» por su autenticidad. ¿Le ha costado mucho hacerse con el personaje?
—Bueno, es un personaje, evidentemente, muy complejo pero es uno de los grandes personajes del teatro universal. Cuando te llega un personaje de este tipo intentas dar lo mejor de lo que has podido aprender en este oficio y el actor que tú eres en este momento en el que estás de tu vida. Creo que este personaje me llega en un momento en que uno tiene ya cierto oficio detrás, cierta vida y alguna que otra herida. Se ha dado esa combinación para poder dar lo mejor de mí.

—¿Qué es lo que más le ha gustado de este papel?
—Bueno, es un texto y un personaje que hace reflexionar sobre la vida, el paso del tiempo, las relaciones familiares, lo que somos o lo que hemos dejado de ser y que ya nunca podremos ser. Son personajes que te permiten crecer, no solamente como actor sino también como persona.

—Esta obra incluye algunos de los temas universales de la humanidad, como el amor y el desamor, los problemas con el alcohol, relaciones familiares complicadas… ¿Cómo se entremezclan todos estos elementos?
—Se entremezclan en lo que somos y creo que el espectador se va a sentir identificado con un personaje u otro y le va a tocar en el corazón y en el alma. Nos va a emocionar. Es una mezcla como la vida misma, donde está la alegría, los sueños y también el dolor y la derrota.

—Hablando del lugar al que viene a trabajar, ¿es la primera vez que viene a Ibiza a actuar?
—Pues sí, es la primera vez y me hace muchísima ilusión. Evidentemente he estado varias veces pero por otras razones, entre ellas, de vacaciones. En este sentido, venir a hacer teatro a Ibiza por primera vez me hace mucha ilusión, creo que como a todos.

—No sé si además habrá estado por aquí en esta época, en invierno, donde todo cambia mucho respecto al verano. ¿Le ha llamado la atención este cambio?
—Me hace ilusión ir en esta época, que no es «época», que yo creo que es cuando hay que conocer los sitios verdaderamente, en este caso cuando no es época turística, aparentemente está todo más tranquilo y puede ser, incluso, más verdadero.

—Hablando de su trayectoria profesional como actor, es muy larga y se ha desenvuelto en diferentes campos, entre ellos, el teatro, el cine, la televisión… ¿Con cuál disfruta más?
—Creo que tiene que ver mucho con los proyectos. Disfruto mucho haciendo teatro, evidentemente, pero también disfruto haciendo televisión y cine. Creo que depende mucho de las personas y de los proyectos.

—En líneas generales, parece que los españoles hemos despreciado bastante nuestro propio cine, aunque también parece que eso está cambiado últimamente. ¿Cómo ha visto usted esta evolución?
—Bueno, espero que sí. Creo que los españoles, lo que hacemos a menudo y por nuestra historia es despreciar mucho lo que hacemos mientras valoramos mucho lo que viene de fuera. Entonces, creo que todo en su justa medida. Creo que tenemos un teatro maravilloso, un patrimonio literario y teatral increíble y tenemos que aprender a defenderlo y sentirnos orgullosos de lo que hacemos. Y si hay algo de lo que podemos sentirnos orgullosos es de los actores que ha habido siempre en este país, así como de los directores, de cierto cine que hemos hecho y teatro también, claro. Tenemos que aprender a valorarlo y a querernos un poquito más.

—En septiembre de 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy subió el IVA cultural, con algunas excepciones, del ocho al 21 por ciento. ¿Se apuesta desde los diferentes gobiernos lo suficiente por la cultura? ¿Cómo afectó esta subida al ámbito del cine y el teatro?
—Pues creo que nos ha afectado y de manera muy negativa. Creo que eso nos ha hecho mucho daño y que son cosas que tenemos que mejorar. Lo hablábamos antes con el cine. El cine necesita, quizá, una atención mayor. Lo que ha generado en estos últimos años un poco de industria ha sido la televisión. El cine necesita una ayuda especial porque un cine diferente también tiene que tener cabida. Creo que tenemos una capacidad creativa muy grande, con creadores muy importantes, y eso hay que valorarlo y apoyarlo. Creo que el cine merece una ley que pueda permitir que la gente vea también un cine diferente, con historias diferentes.

—¿Le parece suficiente la reducción del 21 al 10 por ciento en el IVA del cine, aprobada el pasado mes de julio? ¿Está satisfecho?
—Bueno, creo que se podría bajar incluso un poco más y habría que poner toda la atención en ello para conseguir mejoras. Sobre todo, creo que necesitamos una ley específica para el cine, como hay en otros países que creo que son un ejemplo y que defienden lo suyo frente a las grandes multinacionales.

—Este miércoles por la noche se estrenó en Antena 3 «Matadero», un thriller que gira alrededor del crimen y la droga, con sus sicarios, ladrones, guardias civiles, etcétera, en el que usted interpreta el papel de Pascual. ¿Qué cree que nos va a aportar esta serie en cuanto a originalidad, en un contexto en el que se están poniendo de moda producciones como Narcos o Fariña?
—Creo que es difícil definir «Matadero». Creo que es una apuesta arriesgada, una serie más, si se quiere, sobre el narcotráfico y tal pero hay algo que nos va a permitir «Matadero», que es pasarlo bien. Nos vamos a reír de nuestras miserias y eso en los tiempos que corren, creo que es muy bueno para todos y es un tipo de humor que no debemos perder, aunque a veces parezca que las cosas van tan torcidas y tan mal. Así que el objetivo, sobre todo, es ese, que el espectador pase un buen rato. Es un thriller ibérico pero también es una comedia gamberra en la que nos vamos a ver reflejados en nuestras miserias. La serie puede tener algo de esos personajes berlanguianos, también se la ha comparado con Fargo (una serie de televisión estadounidense de género policíaco con notas de humor negro) y e incluso también con las comedias gamberras de Álex de la Iglesia.

—En esta serie, además, veremos cómo Miguel de Lira, encarnado en el personaje «Teo» y usted mismo, con Pascual, hablarán con sus acentos gallego y murciano. ¿Cree que detalles como éstos pueden ayudar a destensar la situación política y reivindicar la riqueza cultural española?
—Creo que si hay algo que decir en nuestro país es que su riqueza cultural, su diversidad, sus diferentes lenguas, están para sumar y nunca para restar. Y creo que esa es nuestra riqueza. Qué maravilla que se hable diferente y con diferentes acentos y que haya diferentes lenguas, ¿no? Todo nos puede aportar y todo nos puede hacer crecer. Me gustaría que fuese así siempre.

—¿Cómo ve el futuro del cine y el teatro en España?
—En una eterna y permanente crisis pero con un gran valor, que esto es innegable porque tenemos unos grandes creadores y esto siempre ha sido así durante nuestra historia. Con lo cual, siempre se salvará, siempre nos sorprenderá y siempre nos hará un poquito más libres.