Alejandra Ferrer Kirschbaum es la candidata de Gent per Formentera para el Consell de la menor de las Pitiusas | ARCHIVO

Según los datos de la encuesta de gasto turístico Egatur, las Pitiusas están en decrecimiento turístico. En los once primeros meses de 2018 Ibiza y Formentera recibieron 40.600 visitantes menos que en el mismo período de 2017, registraron 672.000 pernoctaciones menos, y los turistas gastaron un 0,97 por ciento menos. Quienes nos visitan están aquí menos días que la media balear y además gastan menos.

Este diagnóstico hará feliz a aquellos que vienen reclamando que se decrezca turísticamente como solución a la falta de infraestructuras, al colapso de las carreteras, a la saturación de las depuradoras, etc. Los indicadores están en rojo y los de las tortillas en las playas estarán felices, aunque se guardan de decirlo porque para ellos nunca es suficiente.

En cualquier lugar donde el turismo sea la única fuente de ingresos, eso daría lugar a honda preocupación. En las Pitiusas no. Aquí, como nos creemos el centro del mundo, tan pagados de nosotros mismos que nos creemos que los turistas seguirán viniendo aunque les escupamos a la cara cuando bajan del avión. Como solo nosotros tenemos arena en las playas y aguas azul turquesa gracias a nuestra Posidonia, como solo hay puestas de sol en Ibiza, pues no hay por qué preocuparse.

“No se podían seguir manteniendo los récords que estábamos haciendo porque no hemos aumentado de capacidad”, explicó el director insular de Turismo de Ibiza, Vicent Torres ‘Benet’. Está claro que para él el problema es que vengan más, no que vengan menos. Porque será cierto que no hemos aumentado nuestro número de plazas, pero ¿acaso las hemos reducido para que ahora vengan menos?

El portavoz de Podemos, Gianandrea di Terlizzi, dice que Balears ha bajado menos que el resto de España e Ibiza menos que Mallorca. Y es que quien no se consuela es porque no quiere.

Para intentar compensar la bajada de visitantes se hará promoción en EE.UU, Canadá, Brasil y China. Y se intentará recuperar el mercado LGTBI y el turismo de bodas. Si ahora se casan en Ibiza unas 150 parejas al año, lo ideal sería llegar a las 300. ¡Y todo solucionado!

Todos aporofóbicos

Si es usted uno de esos vecinos que colgó en su balcón aquello de ‘Albergue sí, pero en es Gorg’, sufre usted de aversión hacia los pobres. Es lo que se desprende de las acusaciones del portavoz de Guanyem Eivissa, Joan Ribas, que también es concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Ibiza. Está claro que tanto al PSOE como a Guanyem les sentó muy mal que José Vicente Marí Bosó, candidato del PP a la alcaldía de Vila, asegurase que si él gobierna el albergue municipal no se hará en la calle Vicent Serra i Orvay. Es posible que solo diciendo eso, se haya asegurado el voto de varios centenares de vecinos de s’Eixample Nou. Es lo que tiene prometer lo que piden los vecinos.

Pero si el único argumento válido para contrarrestar el anuncio del PP era recurrir a la descalificación, entonces es que no hay otros mejores. Y pretender a estar alturas que la gente se convenza de algo solo porque lo digan los socialistas o Joan Ribas, me temo que es pretender demasiado. Aunque ellos lo crean, ni están en posesión absoluta de la verdad, ni las imposiciones desde el poder se toleran resignadamente.

En democracia esto no funciona así. Su empeño en demoler el viejo retén de la Policía Local para edificar el albergue, en contra de la opinión vecinal, tiene un coste que ellos habrán de pagar. Y que el PP trate de buscar rédito de sus errores, es algo que cabía esperar.

Excavación en Formentera

Mi felicitación por la designación de Alejandra Ferrer Kirschbaum como nueva candidata a la presidencia del Consell por Gent per Formentera. Tras la renuncia de Jaume Ferrer y su anuncio de que se retira de la política, Alejandra es posiblemente la persona idónea para tomar el relevo.

Por cierto, que leyendo la entrevista que Jaume Ferrer concedió a un periódico, comprendo mejor por qué no quiere ser entrevistado en Periódico de Ibiza y Formentera. ¿Quién podría reprochárselo? Y menos aún estando de retirada... Aprovecho para desear lo mejor a Ferrer en esta nueva etapa alejado de la vida pública.

Confío en que se abra un nuevo tiempo en Formentera y que tanto Susana Labrador como Alejandra Ferrer, sean capaces de ser más transparentes y comprender mejor el papel de los medios de comunicación.

Feliz domingo.