Can Barri gana la séptima edición de este campeonato que congregó a gente de toda la isla en esta jornada festiva. | DANIEL ESPINOSA

Costaba avanzar ayer por las calles aledañas a la iglesia de Sant Antoni, que acogieron por séptimo año el campeonato undial de arròs de matances. Un evento multitudinario en el que se respiraba el ambiente festivo de una de las citas más atractivas de las fiestas de Sant Antoni. Los curiosos se mezclaban con los amigos de los participantes que ocuparon los 60 puestos instalados en las calles para los equipos que participaban este año en el concurso.

En torno a las paelleras, ollas y perolos de cada equipo participante se notaba que, sobre todo, había ganas de pasárselo bien. Las tiroriros, integrantes y simpatizantes del Ibiza Padle Indoor, ya disfrutaban en torno a las 13:15 horas del aperitivo y la cháchara. Su sartén honda estaba tapada con un trapo, todo listo para echar el arroz en el momento adecuado. La directora de orquesta era la Abu, de la que había quien comentaba que es la mejor cocinera de la isla.

Foto: Daniel Espinosa.

¿El secreto de un buen arròs de matances? La Abu explicaba que la picada es «una parte fundamental». Su receta fue probablemente la más sana del campeonato. Al ser un equipo de deportistas habían optado por reducir al mínimo la grasa «y jugar con los sabores para darle el toque».

Emilio también iba tranquilo más de una hora antes del momento de presentar el arroz de Els pagesos del Betis. Un equipo integrados por andaluces e ibicencos a mitad y mitad. La receta de Emilio era la de Cuca, su suegra. En las tres participaciones anteriores habían obtenido dos cuartos y un sexto puesto, por lo que Emilio se mostraba confiado en hacer un buen papel. Los integrantes del equipo, que decoraba su puesto con farolillos de feria, son los miembros de una peña del Betis de Sant Antoni y vecinos del entorno de un bar de la calle Alicante de la localidad.

Foto: Daniel Espinosa.

Pero si de decoración había que hablar, sin duda el equipo que se llevaba la palma en cuanto a estilo y buen gusto era Vanemo. Este grupo de amigas de todas partes de la isla había dispuesto sobre su barra dos cajones adornados con ristras de ajos, dentro de los que se veía un bodegón de verdura en el de arriba y una báscula de cocina con especias en la de abajo. Una estampa muy hogareña que podría aparecer en cualquier anuncio de turismo rural o de un buen restaurante en el que ofrecieran, por decir algo, arròs de matances.

Entre sus filas se reclamaba que hubiera también premios a la decoración del estand, o a los uniformes. Ahí dejaron el recado a la organización.

Foto: Daniel Espinosa.

La cocinera, Carla, también tiraba de la receta de su suegra, Francisca de Sa Plana. A su lado, Cati de Can Ramón de sa Plana de Sant Josep recordaba las fiestas que se organizaban los días de matances en su casa cuando ella era pequeña. «Había veces que incluso la gente se disfrazaba. Pasábamos todo el día de fiesta» y los niños se divertían haciendo travesuras como colgarle la cola del cerdo al cocinero.

En torno a las 14:45, la hora fijada para la cata del jurado, de las casetas salían platos de arroz hacia todas partes para darlos a probar a las casetas vecinas, a los amigos e incluso al público asistente.

Ganó Can Barri, en segundo lugar quedó Pesca Cosmar y los terceros fueron los integrantes de Sa Gatera. Pero, al margen de los premios, el objetivo general era pasar un buen día. Y eso se consiguió.