Imagen de un petirrojo.

El Centre d’Interpretació d’Es Amunts ha organizado para este sábado por la mañana un itinerario guiado por el educador medioambiental Jordi Serapio para conocer las aves que vienen a pasar el invierno la isla de Ibiza. Desafortunadamente las 25 plazas que se ofertaban ya se han completado aunque es posible ponerse en la lista de espera mandando un correo electrónico con el nombre, apellidos, y mail y teléfono de contacto a ciesamunts@gmail.com.

Según explicó ayer el propio Jordi Serapio a Periódico de Ibiza y Formentera la idea de la actividad es conocer un poco más a estas aves que recorren miles de kilómetros para pasar unos meses en Ibiza. Suelen llegar en torno al mes de octubre y se quedan hasta el mes de marzo, más o menos para volver a sus lugares de origen y reproducirse. Aunque el itinerario se centra en la zona de es Amunts, ya que lo organiza el centro de Sant Llorenç, estos animales a los que se ha bautizado como aves invernantes, se distribuyen por toda la isla, «igual que hacen por toda la zona del Mediterráneo, tanto la parte europea como africana».

La mayoría de ellas proviene del Norte de Europa, de países tan lejanos como Inglaterra, Alemania o la zona de Escandinavia. Entre nuestros habitantes más comunes año tras año el gran protagonista es, según Jordi Serapio, el petirrojo. Se trata de un pájaro de constitución rechoncha, sobre todo en invierno cuando ahueca sus plumas para generar una capa de aire caliente en su interior, y que es muy reconocible debido a su llamativa mancha anaranjada en el pecho, la garganta y la cara, bordada por una irregular y sutil banda gris y su plumaje pardo verdoso, que suele dejarse ver tranquilamente entre los arbustos o el suelo mientras busca insectos con los que alimentarse.

Otro ave muy aficionada a disfrutar de las buenas temperaturas invernales de Ibiza es, según aseguró el educador ambiental de Es Amunts, el zorzal común. En este caso se trata de un ave que tiene una longitud de unos 20 centímetros y una envergadura de algo más de 35 centímetros que se caracteriza por tener sus regiones dorsales de color pardo, sus partes inferiores en tonos claros, su vientre de color blanco y su pecho de color ocre en el pecho. Suele desplazarse por el suelo, aunque se posa en la parte más alta de arbustos y árboles para cantar a donde llega empleando su vuelo rápido y algo espasmódico. Según explicó Jordi Serapio se trata de una especie que ha sufrido un fuerte descenso de su población debido a su caza en muchos países del Mediterráneo, sin incluir la zona de Ibiza.

Grullas y estorninos

Mientras, este año también nos ha dejado alguna sorpresa. Es el caso, por ejemplo, de un grupo de grullas que se han dejado ver en ses Salines. Algo no muy común ya que este ave grande y esbelta, gris ceniza con una tonalidad más oscura hacia el extremo de las alas, con un penacho de plumas colgantes a modo de cola y un pico largo y apuntado en color gris verdosa, no cría en la actualidad en nuestro país, aunque si lo hizo hace un siglo en las marismas del Guadalquivir y en las desaparecidas laguna de La Nava, en Palencia, y de La Janda, en Cádiz. Además, según Seo.org suelen escoger para pasar la invernada prefiere otros destinos como Toledo, Córdoba, Cáceres o Badajoz.

Por último, Jordi Serapio destacó ayer la gran cantidad de estorninos que han acudido a Ibiza durante esta temporada, «como no se recordaba en muchos años». De tamaño medio y compacto - unos 25 centímetros de longitud y 40 de envergadura - y de color completamente negro con algunos brillos verdes y púrpuras, su amplia presencia este año en nuestra isla no tiene una explicación concreta. «Los patrones no siempre son claros porque se trata de animales que piensan y que van adaptando sus propias conductas aunque tal vez la explicación más lógica se deba a que en sus lugares de origen haya habido más frío del normal o que haya llegado antes», confirmó el experto.