La Guardia Civil detuvo el sábado al agresor y el domingo lo puso a disposición del juez de guardia. | MARCELO SASTRE

La titular del juzgado de Instrucción número 1 de Ibiza, María Luisa Bustillo, en funciones de guardia, ordenó el ingreso en prisión del hombre de 48 años detenido por la Guardia Civil como presunto autor de la agresión sexual a una vecina de Sant Josep de 87 años y un segundo delito de abusos sexuales en Sant Antoni.

Según informaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears, tras tomarle declaración, la juez firmó un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza como presunto autor de sendos delitos de agresión sexual y abuso sexual.
El acusado, de 48 años y nacionalidad marroquí, fue detenido el sábado tras las pesquisas llevadas a cabo para su identificación y localización, y ha pasado dos noches en el Centro Penitenciario de Ibiza.


Agresión sexual y abusos

La agresión que causó una gran alarma social se remonta a mediados del mes de diciembre, cuando el hombre accedió al interior de la vivienda de una vecina de Sant Josep, «la tiró al suelo, se colocó encima de ella, la manoseó y le golpeó la cara», según señalaron fuentes de la Guardia Civil.

El agresor abandonó la casa después de que una vecina entrara en la vivienda tras oír los gritos de la víctima, quien sufrió fuertes traumatismos en el rostro como resultado de la agresión, por lo que tuvo que ser atendida en un centro hospitalario.
La Guardia Civil inició una investigación en la que identificó al autor de los hechos al tener éste antecedentes por intentar agredir sexualmente a una joven de 19 años en una calle de Sant Antoni.

La Guardia Civil organizó un dispositivo para localizar y detener al presunto agresor, un arresto que se desencadenó la jornada del sábado. Las mismas fuentes indicaron que el individuo, al verse atrapado, opuso gran resistencia. Asimismo, subrayaron que el trabajo realizado para su localización fue «muy complicado» ya que se trata de un ‘okupa’ sin domicilio conocido y con gran movilidad por la isla. De hecho, tras la agresión, el delincuente no había vuelto a frecuentar los lugares por los que solía moverse en la isla, sabeedor de que estaba siendo buscado.