Clase de Educación Física en el IES Sa Blanca Dona. Varios alumnos preparan un baile en la pista de fútbol sala. En un final apoteósico se lanzan por la pista deslizándose por el suelo. En muchos otros centros esto supondría desgarrarse la ropa o hacerse heridas en las piernas debido a la superficie de cemento y al exceso de entusiasmo. Sin embargo, en este caso la pista es de césped artificial.

Y no es porque la Conselleria d’Educació le tenga más aprecio a este instituto sino gracias a una iniciativa de reciclaje y reutilización de material sobrante, que ha cambiado radicalmente la imagen del patio para disfrute de alumnos y profesores.

Xavi Francés, profesor de Educación Física de este instituto, fue el motor de esta iniciativa. Cada cierto tiempo, los ayuntamientos cambian el césped artificial de sus campos de fútbol municipales. Las ‘calvas’ y el desgaste debido a la climatología obliga a hacer una renovación periódica. Y, sin embargo, una buena parte de ese césped, generalmente de calidad, está en buen estado. ¿Por qué no reutilizarlo? Eso es lo que Francés les planteó a las administraciones locales de Vila y Santa Eulària. Habló con ambos ayuntamientos y les pidió que le cedieran esa material que desechaban de los campos de fútbol de Can Misses y Puig d’en Valls. Accedieron y a finales del año pasado ya tenían el material en el centro.

La idea inicial era instalar césped artificial en la pista de fútbol sala y en un pequeño espacio desaprovechado que se convertiría en una pista de minifútbol. El trabajo de colocar el césped lo hicieron entre profesores y alumnos voluntarios. Francés cortaba con una radial los pedazos para formar el puzle y una vez encajados se fijaban al suelo. También se colocaron trozos sobrantes alrededor de la pista de vóley playa.

En la pista de fútbol sala se aprovecharon las propias líneas que delimitan el campo, que se hicieron coincidir con los laterales. En el campo de minifútbol se instaló una alfombra verde sin ninguna marca.

Francés explica que con este cambio se han enriquecido mucho las actividades de la asignatura de educación física, dado que al ser una superficie más blanda se pueden hacer ejercicios que antes se reservaban al gimnasio.

Después de todos estos trabajos, para los que incluso el profesor de educación física se hizo con un vehículo industrial para facilitar la tarea, todavía sobraba material.

«Nos dieron muchos más metros de los que habíamos pedido, así que decidimos utilizarlos para otras zonas del patio en las que podía quedar bien». Y se decidió poner el césped en dos espacios con mesas de picnic que ahora se aprovechan en los patios por los alumnos y los profesores.

En estos espacios de recreo todavía se pueden distinguir las líneas amarillas y blancas de áreas de juego, puntos de saque de esquina y medias lunas.

Un cambio del que no solo se disfruta en los patios. Muchos profesores aprovechan estas zonas de césped artificial para hacer lecturas al aire libre o clases sentados en el suelo si el clima lo permite.

El jefe de estudios del centro, Albert Belda, comenta que el cambio supone algo más que una mejora de espacios, también ha sido una mejora visual. Los espacios de recreo del centro han pasado de tener todas las superficies grises a lucir distintas tonalidades de verde. Eso, dice, también lo agradecen los alumnos.