Los bajos del edificio Sol y Luna se encuentran vacíos a la espera de que comiencen las obras. | DANIEL ESPINOSA

Los vecinos del edificio Sol y Luna, ubicado en la zona de Caló des Moro, en Sant Antoni, tendrán una mezquita bajo sus casas.

Conocieron el proyecto en 2016, después de haber comprado sus viviendas, y desde entonces llevaban intentando evitarlo porque consideran que «no es el lugar idóneo para un centro religioso, sea del tipo que sea». Pero de nada han servido sus quejas.

El Ayuntamiento de Sant Antoni ha dado luz verde a la licencia de obra para que la mezquita se traslade a este bloque de pisos «de acuerdo al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y a lo que marcan las ordenanzas municipales», según señalaron desde el Consistorio.

El uso de este local como mezquita, «entendiéndose como tal el ejercicio de culto a la religión de Mahoma en un establecimiento», está definido como uso sociocultural por el Plan General de Ordenación Urbana de este municipio y por lo tanto es un uso condicionado para estos bajos.

La Asociación Cultural El Fath lleva varios años funcionando en un espacio ubicado en la calle Isidoro Macabich de la localidad portmanyina, pero el local se ha quedado pequeño para toda la comunidad islámica de la zona y adquirieron los bajos de la calle Joan Boscá para poder trasladarse a un espacio más amplio.

Los 28 vecinos de este bloque de pisos se sienten impotentes ante la situación. «Los estatutos de la comunidad no permiten que en los bajos haya una actividad molesta y aquí se van a juntar muchas personas que aunque hablen flojito creemos que será molesto», comentaba uno de los residentes en el edificio.

Además, los residentes en este bloque de pisos insisten en que «es una zona turística, donde la gente va ligera de ropa, hay música y muchos restaurantes, ya que es la zona de puesta de sol» y que esto «puede chocar un poco con su cultura».

Problemas de aparcamiento
Otra de las cuestiones que preocupan a quienes viven en la zona es el aparcamiento. Y es que señalan que el lugar «es complicado para aparcar, sobre todo en verano».

Desde la comunidad de vecinos insiten en que «es una pena que no se pueda hacer en un edificio independiente para la mezquita más a las afueras y donde haya más espacio para poder dejar los coches».