Soy empresario pero no sé si necesito un programa de facturación. Esta es una duda muy habitual entre los pequeño empresarios y profesionales. Muchos se resisten aún y siguen haciendo sus facturas en hojas de cálculo o incluso a mano y se resisten a dar el paso a contar con un programa de facturación, que le permite tener un mayor control sobre su negocio y, de paso, ganar en tranquilidad, seguridad y ahorrar tiempo y dinero.

Está claro que una factura o un presupuesto la podemos hacer de diferentes formas y con distintos programas informáticos. Podemos usar un procesador de textos como Word, una hoja de cálculo como Excel o hacerlas a mano en un talonario de facturación, etc. Pero lo que sí que tienen que tener claro es que ninguna de estas soluciones le va a dar tantas ventajas como contar con un programa de facturación profesional.

Muchos se resisten a dar el salto a un programa de facturación por inercia (hago las cosas como las he hecho siempre, como aprendí a hacerlas o como me enseñaron mis antecesores en el cargo), por miedo (pienso que va a ser muy complicado y que no voy a poder aprender a manejar un programa de facturación) o por falta de tiempo (estoy tan ocupado que nunca encuentro un hueco para cambiar mi sistema de facturación).

Ninguna de estas excusas es válida para no dar el salto a un programa de facturación. Es cierto que necesita un pequeño esfuerzo la implantación de un programa de facturación, que tendremos que afrontar, sí o sí, ese periodo de entrenamiento, la conocida «curva de aprendizaje» que cualquier herramienta informática necesita.

Los programas de facturación que actualmente existen en el mercado han evolucionado mucho desde los que había hace unos años. Constantemente se están renovando para dar respuesta a nuevas necesidades y para hacerlos más intuitivos y fáciles de manejar.

A todos los que tenga estas dudas yo les diría: abandonen su viejo Excel e implanten un programa de facturación. Ganarán calidad de vida; mejorarán enormemente la gestión de su empresa, ahorraran cientos de hora a lo largo del año; dejarán de perder dinero por facturas que se pierden; tendrán un mayor control sobre sus productos; simplificarán sus herramientas de gestión, pasando de dos o tres aplicaciones a una sola.

Con un programa de facturación moderno no solo podemos facturar a nuestros clientes, también podemos llevar la gestión de los clientes (el conocido software CRM), el control del almacén y de los stocks, las gestiones de compras y con proveedores, o incluso, si ese es tu sector, el control de los costes de nuestras obras y la gestión del personal. Un buen ejemplo de este software es el software DELSOL, que permite una optimización notable en la gestión.

En definitiva, implantar un software de facturación es un paso importante y necesario para cualquier empresario. Para ponerlo en marcha y manejar las funciones básicas necesitaremos apenas unas horas de aprendizaje. Existen ofertas en el mercado muy interesantes, que nos permiten utilizarlos de forma gratuita y pagar solo por el servicio de actualización y de asistencia técnica.

Imagínese que es un montador que tiene que apretar miles de tornillos al día con un destornillador manual. Imagínese ahora que haría con un atornillador eléctrico. Pues la misma ventaja tendrá usted si pasa de la hoja de cálculo a un programa de facturación.