El inicio de la reforma se ha centrado en la planta semisótano y en la cero donde está previsto la ubicación del centro de salud, uno de los proyectos de la primera fase. | MARCELO SASTRE

El antiguo hospital Can Misses contempla que se habiliten dos quirófanos ante posibles casos de emergencia y que estén disponibles en el caso de que ocurran episodios como el del verano pasado en el que se cerró el bloque quirúrgico del nuevo hospital Can Misses por la aparición de moscas, lo que supuso el traslado de pacientes a Palma. «Hay un planteamiento de reformar dos quirófanos para que si hubiera algún tipo de contingencia en el edificio nuevo podamos contar con dos quirófanos accesorios para no tener que interrumpir ningún tipo de intervención», explicó ayer la directora gerente del Área de Salud, Carmen Santos. Esta actuación se realiza en paralelo a la reforma del edificio J, que ha empezado las obras de la primera fase de la reforma. «Es un proyecto aparte de la reforma. Se podría ejecutar entre las fases y no se descarta que se haga antes», añadió.
Una vez vaciadas las dependencias que se han de reformar de material antiguo e inservible han empezado los trabajos de obra con la demolición de falso techo en el semisótano, antiguo gimnasio, y el sellado de las instalaciones de la planta cero para separarlo de la zona de actividad que sigue en el viejo Can Misses y «evitar que haya interferencia con la actividad diaria», precisó Santos.

La reforma se hará inicialmente en el ala izquierda y la derecha. En la izquierda se trabaja en las dos plantas, semisótano y cero, que albergará el futuro centro de salud, ahora en Vila. En el ala derecha estará la unidad de convalecencia polivalente, que ha ampliado su capacidad con un incremento de 60 camas. «Podrá dar cobertura a la estancias medidas y a la convalecencia de pacientes que están en la plata de agudos. También se cederán 800 metros cuadrados para asociaciones que tendrán intervenciones directa sobre el usuario, y relacionadas con los propios servicio sanitarios», añadió. Además, el mortuorio pasará a contar con una sala para autopsias y se ampliará a seis las cámaras mortuorias y está previsto ampliar las plazas de la residencia para profesionales pasando a disponer de doce habitaciones. Respecto al cobro por el uso de la residencia, explicó que aún no se ha estipulado, «se están cerrando los criterios de admisión y de cómo cobrar ese servicio».

El plan de usos de la segunda y tercera fase de la reforma aún no se ha cerrado, pero la gerente precisó que se primará el uso asistencial: «Quedan muchas plantas por habilitar pero lo que se pretende es que todo sea de uso asistencial, inicialmente queremos ampliar la unidad de convalecencia, crear una zona de docencia con salas de simulación y una parte asistencial que necesitamos potenciar». De hecho, aún no se ha establecido el plan de necesidades, «porque llevamos un recorrido largo con esta primera fase y de momento nos damos satisfechos con este inicio, pero tenemos que seguir trabajando en las siguientes fases», apostilló.