Emilio Díaz posa sobre un coche Tesla y frente a uno de sus autocares, pero reivindica que su fuerte es el servicio. | DANIEL ESPINOSA

Emilio Díaz nació entre coches. En su familia había que ayudar en el negocio familiar. Es por eso que ha pasado por todos los eslabones de la cadena de una empresa de transporte. Sus padres le inculcaron desde pequeño esa vocación de servicio de la que hace gala Dipesa Group. Fue piloto comercial algunos años, pero decidió finalmente dedicarse de pleno a la empresa que había levantado junto a sus hermanos. Hoy día Dipesa es una de las principales empresas de transporte de lujo en la isla.

¿De dónde viene que entrara en este negocio?
— Me viene de familia, mi padre y mi madre se iniciaron en este negocio de transporte de pasajeros allá por los 80. Montaron una empresa familiar con unos pocos vehículos y obviamente nosotros hemos crecido en ese entorno..yo nací en el 74 y a los 6 años ya estaba vinculado a este mundo de una manera u otra. He nacido y crecido entre vehículos y conozco muy a fondo el negocio. Todas las partes de él, desde limpiar los vehículos a cambiar el aceite o el mantenimiento. Desde que eramos muy jovencitos era una de las premisas de mi padre, había que ayudar. Ahora puede parecer un escándalo pero yo estoy muy contento. He pasado por todas las áreas. Aunque sorprenda aprendemos cada día y eso es lo bonito. Es un negocio muy cambiante y hay que estar siempre aprendiendo, no es monótono en absoluto.

¿Cuándo y cómo nace Dipesa?
— Nace en el año 93 por la inquietud de los hijos por tener una escisión de la parte del negocio familiar que dirigía mi padre. Mi padre trabajaba asalariado para una empresa y nosotros queríamos andar nuestro camino y darle una pincelada diferente al negocio. Queríamos apostar por algo más exclusivo y especial con coches de gama más alta un servicio más especializado...y Dipesa surge ahí. Cubre un nicho de mercado que en ese momento no estaba bien cubierto o no había ninguna empresa tan dedicada a él.

¿Qué ofrecían en aquel momento?
— El leitmotiv de ese momento ya era el de ofrecer el mejor servicio. Claro que en aquel inicio lo hicimos a una escala mucho más pequeña. Teníamos solo dos vehículos de flota. Un coche y un microbús.

Cuénteme, ¿cómo evolucionan?
— Empezamos a dar servicio a los hoteles de cinco estrellas. Había prácticamente solo uno en Ibiza, aunque sí que empezaba a haber otro tipo de establecimientos que tenían diríamos un target de clientes. También dábamos servicio a las marinas. Empezaban a venir yates de grandes esloras...siempre habían venido pero no habían estado atendidos como a lo mejor se requería. Ese tipo de cliente buscaba un servicio más personalizado. Y eso no fue solo por los vehículos sino por el personal que atendía esa demanda. La primera limusina que llegó a la isla fue nuestra.

¿El modelo lo traéis de otros destinos turísticos o simplemente los desarrolláis por esa necesidad en la isla?
— Más que un modelo que habíamos visto veíamos esa necesidad en la isla y veníamos de la vocación de servicio. Es lo que se nos ha inculcado desde pequeñitos. Dar el mejor servicio posible y dentro de eso tienes que tener la mejor herramienta que puedas disponer y ser flexible de cara al cliente. Eso es lo que diferencia el servicio. Lo del cliente siempre tiene la razón es cierto. El cliente sabe lo que quiere y tú te tienes que amoldar a las necesidades del cliente. No puedes decirle al cliente este es mi marco y si estas fuera de aquí ya no sé trabajar o no te lo puedo solucionar. Nosotros no damos transporte, damos soluciones de transporte. Es muy diferente. No te llevo de A a B sino te sugiero como ir mejor de A a B.

En verano preocupa al sector del taxi el transporte pirata...¿os afecta esta competencia?
— Por supuesto que sí. El hecho de no ser capaces de cubrir una demanda en un momento concreto hace que el transporte intrusista crezca. En ese aspecto como representante de la asociación del VTC, por ejemplo se ha solicitado en todo momento la posibilidad de crecer en el número de licencias. Estamos de acuerdo en que la demanda crece y la oferta tiene que crecer, pero en base a estudios, no de forma desorbitada. En Ibiza hasta ahora cualquiera que tuviera un cochecito o la capacidad de alquilarlo con medianas prestaciones se ha dedicado a esto.

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Parece que entre taxi y VTC se ha creado un conflicto en las grandes ciudades que no ha afectado tanto a Ibiza
— Desde mi punto de vista personal, el sector VTC se crea para dotar de un servicio diferenciado, un vehículo diferenciado y a un precio diferenciado. Nadie regala duros a pesetas. Tenemos conductores que hablan idiomas, con altas formaciones académicas y que se dedican a conducir pero por su vocación de servicio. En definitiva el sector de VTC se crea para dar el mejor servicio. El taxi puede hacer parada conforme a la demanda, en la calle, algo que un VTC no puede hacer. Nosotros trabajamos con servicio precontratado y nunca hemos sido un sector intrusista del taxi. El problema se ha creado con las plataformas del llamado consumo colaborativo que en definitiva han demostrado que venían a competir con el sector del taxi.

¿Estaríamos hablando más de problemas con esas plataformas?
— Hay plataformas que pueden facilitar muchísimo la contratación del servicio de cara al cliente. En eso a nosotros nos parece que no se le pueden poner puertas al campo. El sector del taxi se tiene que modernizar, tiene que contar con aplicaciones que permitan en todo momento al usuario conocer dónde está el taxi más cercano, qué vehículo le va a recoger, qué tiempo va a tardar en recogerle, etcétera. Lo que no me parece correcto es que Uber, que está utilizando licencias de VTC, esté trabajando con coches de 10.000 o 12.000 euros y ofrezca carreras por debajo del coste del precio del taxi. Nosotros, con coches de 70.000, 80.000 o 150.000 euros y conductores que tienen un salario medio que duplica a veces los del sector del taxi, no podemos ni queremos competir a esos precios. No es nuestro nicho de negocio.

La regulación de estos servicios de VTC establece en Balears un límite de 30 minutos previos a la contratación. ¿Qué opina de estos límites?
— Pues, si me permites, ahora te hablo en nombre del sector de los VTC en Ibiza. Si un cliente que se hospeda en un hotel de cinco estrellas decide que se quiere ir a cenar ahora, no le podemos decir que el coche va a tardar una hora en llegar, que era la precontratación que pedían los taxistas. Media hora sigue siendo excesivo. Si el cliente sale y quiere un servicio de alta gama de ahora para ahora, nosotros debemos tener la capacidad de ofrecer este servicio. Sino estamos dando un mal servicio. La rebaja que se propone de esos 30 minuto del decreto a 15, no nos parece suficiente. Si no queda más remedio tendremos que aceptarlo, pero nuestra propuesta era eliminar la barrera del tiempo. Si un cliente quiere un servicio ahora y se lo podemos ofrecer ahora, se lo ofrecemos ahora. Queremos dar el mejor servicio posible, y esa limitación de tiempo no nos permite darlo.

¿Cómo ven las restricciones a la gasolina y el diésel en Balears?
— Desde Dipesa siempre hemos apostado por el modelo energético más sostenible. Lamentablemente a día de hoy en clase 3 no hay alternativa ni en gas ni eléctrica. Ese es el vehículos de transporte discrecional de viajeros que más utilizamos, el autocar con espacio en la bodega para transporte de equipaje que se utiliza para llevar a los turistas desde el aeropuerto hasta su hotel. En ese tipo de vehículos todavía no existe un modelo energético más sostenible que el diésel euro6. Estamos trabajando en la construcción de un prototipo de modelo de microbús de clase 3 que funciona a gas adaptando un microbús Iveco. Es lo más cercano que vamos a tener a corto plazo para disponer de este tipo de vehículos. En cuanto a coches de lujo, desde el año 2012 apostamos seriamente por la movilidad eléctrica. El primer Tesla en llegar a Europa lo tuvimos en nuestras instalaciones, un Model X. Hoy contamos con dos vehículos de la gama.

¿Las Illes están preparadas para este cambio?
— La red eléctrica que suministra energía la genera a través de gas y fuel. Por tanto el modelo energético en Balears está obsoleto. En Alcudia se quema carbón. No podemos tener plantas que quemen carbón y que estemos consumiendo energía que proviene de un modelo que necesita un cambio. Las compañías eléctricas están trabajando a un ritmo aceleradísimo para el modelo que viene, pero de manera inmediata el cambio es difícil. Tiene que ser paulatino. El veto al diésel tiene que llegar, pero quizá llega demasiado pronto. Sobre todo porque a día de hoy, en el euro6 y en lo que está por venir, el nivel de polución que genera es incluso inferior al de algunos híbridos. Tenemos que hacer una apuesta fuerte por el cambio de movilidad, pero es necesario que haya un cambio de modelo energético.

¿Cómo está el sector del transporte de lujo en Ibiza?
— El año pasado se notó una bajada en la demanda del transporte de lujo. Creo que tocamos techo en el año 2016. Como todo sector podemos decir que vamos a intentar mantener las cifras. Va a ser harto complicado, porque parece ser que se avecinan tiempos complicados. Nadie tiene la bola de cristal para determinarlo, pero nos basamos en las estadísticas que vaticinan que esta temporada va a ser un poco más complicada.

¿Influye que Ibiza sea un destino turístico caro?
— Si nos comparamos con destinos turísticos que tienen una oferta similar a la de Ibiza, no diría que somos un destino turístico caro. Diría que somos un destino que no ofrece la calidad por lo que cobra. No es que seamos caros, es que nuestro valor añadido no es suficiente. Hay que apostar por mejorar en todo momento la capacidad de servicio que tienen las empresas. Para nosotros las empresas son personas, no hay nada que diferencie a una empresa de otra salvo su equipo humano. Todos podemos contar con las mismas herramientas. Lo que debemos buscar es el mejor equipo humano y para ello tenemos que contar con alojamiento a un precio razonable. El mercado ahora mismo marca el precio que marca porque hay pisos turísticos que no son legales y eso tergiversa la realidad del coste del piso. Debemos contar con suelo industrial donde las empresas se puedan establecer con un precio más bajo. El coste del suelo industrial en Ibiza es un 300% más alto que el de Mallorca. Que es nuestro principal competidor turístico. Tenemos otros, pero el principal es la isla de Mallorca. Todo esto hace que seamos un destino turístico caro, nuestro ratio de coste de personal es un 30% más caro que otros destinos. La demanda de mano de obra que tiene la isla se debe suplir con espacios para que se alojen los empleados a un precio normal.

¿Qué proyectos inmediatos tiene la empresa?
— Dipesa está en continuo cambio y en continua evolución. Desde que empezamos no hemos parado de invertir. Sobre todo en capital humano, para mejorar tanto nuestras instalaciones como nuestra capacidad de respuesta. Hacemos unas inversiones astronómicas en I+D, sobre todo en equipos informáticos y en aplicaciones informáticas que hagan más eficiente nuestro trabajo. Sobre todo este año vamos a tener una gran apuesta en esta materia.