La payasa Destrangis aprovechó para hacer algún truco de magia.

Sus sonrisas llevan ocho meses llenando habitaciones, quirófanos y pasillos de Can Misses. Son los payasos de hospital más antiguos de España. En Baleares llevan 25 años. Ayer, ‘Sonrisa Médica’ visitaba el colegio Balansat en Sant Miquel para explicar a los niños de entre 3 y 12 años cuál es su trabajo diario.

Fue su forma de agradecer a este centro escolar su colaboración con la ONG. Y es que el CEIP Balasant ha sido «el primer colegio de la isla que ha hecho una donación a la asociación», señalaba Pau, el responsable de la organización.

«Cada Navidad, desde hace cuatro años hacemos un mercadillo solidario», explicaba Fina Colomar, la directora del colegio. «Aprovechamos el día del festival, al que vienen los familiares de los alumnos, para vender manualidades que han hecho los niños durante el curso, y ese dinero lo entregamos a una ONG. Este año decidimos que fuera ‘Sonrisa Médica’», detallaba.

La intención del centro, además de ayudar a esta labor «tan importante poniendo nuestro granito de arena» es «concienciar de que no todos tenemos la suerte de tener salud». «Queríamos que los niños supieran qué se hace con el dinero que recogieron y que esto es algo real», señaló la directora.

‘Un día de narices’

La payasa Destrangis y Pau mostraron a los estudiantes de Infantil y Primaria su realidad diaria a través de un vídeo que tenía por título ‘Un día de narices’. Un montaje de apenas tres minutos al que los niños permanecieron muy atentos y en que se les veía acompañando a los enfermos en sus habitaciones, haciéndoles reír, tocando instrumentos musicales y sorprendiéndoles con trucos de magia.

«Me gusta mucho su trabajo porque hacen que los niños que están el el hospital estén más tranquilos y que no piensen en que están enfermos», decía Ainoa, una de las alumnas de 6º de Primaria de Balansat.

Los payasos explicaron que en el hospital «se respiran muchas emociones» y fueron los propios estudiantes los que las enumeraron: «tristeza, miedo, aburrimiento, alegría, felicidad...», iban diciendo usando como micrófono una varita mágica fucsia con una estrella de purpurina que les dejó Destrangis.

«Es uno de sus instrumentos de trabajo, al igual que el ukelele», aseguró Pau. Los payasos de ‘Sonrisa Médica’ además de formación médica y psicológica tienen conocimientos de música y hacen, cómo demostraron in situ a los escolares, trucos de magia.

Una forma de hacer sentirse mejor a quien está hospitalizado y que tiene garantías probadas según señalaron en el vídeo varios expertos médicos porque «enfrentarse al dolor con alegría, cura».

Los encargados de repartir sonrisas en el hospital las repartieron también ayer en este colegio que ha apoyado su labor.