Rafael Adobas triunfa en el Carl Nielsen International Competition. | nielsen2019media.tv

De estar relajado en un sillón después de sus clases en el conservatorio de música de Munich a triunfar en el prestigioso concurso Carl Nielsen International Competition. Así ha cambiado la vida del flautista ibicenco Rafael Adobas Bayog en apenas dos meses, los que ha tardado en ser seleccionado para el certamen, prepararse a conciencia y conseguir un primer premio en la categoría de Mejor Interpretación y un tercero en la de flauta.

Lo que ha conseguido este joven de 21 años no es sencillo y eso que Adobas puede presumir de una carrera meteórica. El concurso se celebra cada cuatro o cinco años en la ciudad danesa de Odense y mandaron sus vídeos 300 jóvenes de todo el mundo, de los que finalmente sólo fueron seleccionados 24, incluyendo el músico ibicenco. «Esto está siendo una locura», explicó ayer con simpatía al otro lado del teléfono a Periódico de Ibiza y Formentera mientras esperaba un autobús junto a su padre tras regresar del concurso. «Aún me acuerdo cuando en junio del año pasado estaba mirando audiciones o concursos para presentarme y decidí enviar mi vídeo para este porque estaba dedicado a la flauta, el violín y el clarinete y cuando ya pensé que no me iban a llamar vi un correo electrónico confirmando que era uno de los seleccionados. No me lo podía creer», recordó Adobas.

Desde ese día todo fue vertiginoso. Normalmente los concursos dan a los seleccionados varios meses para prepararse pero en el Carl Nielsen apenas han sido dos, desde mediados de enero hasta mediados de marzo. «Al principio me sobrepasó todo un poco pero luego comprendí que estaba ante una oportunidad única en mi vida y decidí prepararme a conciencia porque no tenía nada que perder y si mucho que ganar».

El joven ibicenco centró parte de sus esfuerzos en la segunda ronda del concurso, en la que tenía que componer una pieza a base de fragmentos de obras de otros compositores fusionadas con sinfonías de Nielsen para luego interpretarlas en el concurso. La llamó Life porque «es una oda a la vida en su totalidad, desde su inicio hasta su fin, con todas sus luces y todas sus sombras, mostrándonos la complejidad de sus designios y cadencias a veces un poco difusas». Finalmente, su fusión de repertorio de flauta de diferentes períodos y su clara influencia de la música flamenca, de la música pop, electrónica y Rhythm and Blues conquistó al jurado para convertirlo en ganador y «para cambiar su vida para siempre».