UMSA excavó media montaña en Cala Vedella con una simple notificación previa al Ayuntamiento de Sant Josep. | DANIEL ESPINOSA

Los vecinos de Cala Vedella tienen motivos para estar preocupados. El Ajuntament de Sant Josep ha demostrado en estos últimos cuatro años tener dificultad para prevenir los problemas, de modo que solo actúa cuando ya no hay más remedio y generalmente a regañadientes, o sea con desgana.

Sucedió con los vertidos fecales del otoño pasado en los campos de Sant Jordi. Aún teniendo constancia desde años atrás de que con cada episodio de lluvias fuertes, las alcantarillas rebosaban, no hizo nada. Hasta que la magnitud del problema fue de tal envergadura que no se pudo sustraer a ello, como habían venido haciendo. Primero negaron el problema, luego admitieron la evidencia pero le endosaron el muerto a Abaqua. Y cuando la empresa pública del Govern balear dijo que ellos no tenían nada que ver, solo entonces asumieron la responsabilidad, se arremangaron y buscaron la causa del problema para tratar de ponerle solución.

Cala Vedella.
Con la depuradora de Cala Vedella han actuado de forma bastante similar. En el pleno municipal celebrado el jueves día 28 de marzo, el teniente de alcalde de Urbanismo, Ángel Luis Guerrero, negó la existencia de problema alguno. El portavoz del PP, Javier Marí, le advirtió de que las obras de ampliación de la depuradora de la urbanizadora UMSA, no contaban con los permisos necesarios. Guerrero lo negó. Seis días más tarde conocíamos que el Consistorio ordenaba la paralización de los trabajos porque no se ajustaban al proyecto presentado, una simple comunicación previa de UMSA al Ayuntamiento, que fue dado por bueno sin más. Como si UMSA no acumulase multitud de irregularidades, baste darse una vuelta por Cala Vedella para verlo con los propios ojos y preguntar a los vecinos.
UMSA debió entregar la depuradora hace lustros, pero no lo hizo nunca. Parece que tampoco nadie se lo exigió, vete tú a saber por qué. Ahora acomete unas obras sin disponer de los permisos oportunos, algo que resulta extraño como no sea que se tenga costumbre de obrar de forma tan ligera o que se esté convencido de que haga lo que haga, nadie irá a comprobar nada. Ambas opciones son preocupantes.

Viene siendo hora de que el Ajuntament de Sant Josep explique por qué no se recepcionan las obras que UMSA debería haber acometido hace años en Cala Vedella en cuanto a saneamiento y alcantarillado, además de la correcta urbanización. Y si no están hechas, como parece, que se explique por qué no se exige a UMSA que cumpla con sus obligaciones. Porque la depuradora es la punta del iceberg.

¿Qué favor le están pagando?
Cristina Ribas, la concejal tránsfuga de Sant Antoni que retiene un cargo obtenido con los votos del Pi para ponerlos al servicio de PSOE-Reinicia, y que se ofende cuando nos referimos a ella como lo que es, una tránsfuga, se ha convertido en alguien imprescindible, irreemplazable en el Consistorio. Es tal su talento, su capacidad, su compromiso y su dedicación, que merece, a juicio del PSOE, ocupar el número dos de la lista electoral. Y eso que no está afiliada, que se sepa, y que está siendo investigada por un juzgado. Un ascenso fulgurante raramente visto antes. Así, cabe preguntarse por qué no es ella la candidata a alcaldesa. Se diría que acumula muchos más méritos que Simón Planells.
Feliz domingo.