A la jornada celebrada ayer, en CCOO, asistieron representantes sindicales y camareras de piso. | DANIEL ESPINOSA

Si hubiera controles antidopaje en el sector de la hostelería la mayoría de las camareras de piso no los pasaría. La ansiedad clínica que sufre el 95,9% de estas trabajadoras, el dolor continuo en cuatro o más partes del cuerpo que afecta a 7 de cada 10 o los síntomas depresivos de casi la mitad de ellas provoca que más del 70% de estas trabajadoras consuma fármacos de forma abusiva para poder trabajar con fatiga física y psicológica.

Los datos se dieron a conocer ayer en la jornada ‘La salud laboral de las camareras de piso’, organizada por CCOO en Ibiza. Una sesión informativa en la que se dio cuenta del estudio sobre consumo de fármacos que ha hecho el sindicato como parte de la campaña ‘Tus derechos la mejor medicina’, que busca reforzar el conocimiento de los derechos laborales en el sector, evitar la automedicación, alertar de los efectos secundarios de los medicamentos e informar de la dependencia que pueden producir los hipnosedantes.

El estudio
Los datos que se presentaron ayer se obtuvieron a través de 6 grupos de discusión en las comunidades autónomas más turísticas del país y 15 entrevistas en profundidad. «En ese estudio cualitativo observamos que existen unas cargas de trabajo enormes y una presión tremenda de tiempos en relación a esas cargas de trabajo, de forma que en un plazo relativamente corto de tiempo se produce una situación de dolor físico en al menos 4 partes del cuerpo del 70% de las camareras de piso», explicaba el representante de la Secretaría de Salud del sindicato, José Rodríguez Valdés.

Un dolor que lleva al consumo de fármacos sin control médico. Al principio se empieza tomando analgésicos, algún ibuprofeno, pero Rodríguez indica que se han encontrado casos de trabajadoras que usan parches de morfina.

Esos fármacos en muchos casos tienen efectos secundarios como pueden ser problemas gástricos y de tensión arterial que se acaban compensando con más fármacos. Se genera un círculo vicioso. Se tratan los síntomas de los problemas sin solucionar las causas.
Con el tiempo, el abuso de estos fármacos genera tolerancia, que provoca que las dosis tengan que aumentarse; adicción y los consecuentes síndromes de abstinencia y efecto rebote si se deja de consumir.

Causas
Las camareras de piso tienen que cubrir entre 20 y 25 habitaciones cada jornada, además de limpiar zonas comunes y de que haya desaparecido la figura del valet o mozo de habitaciones. Esto provoca una presión que hace que muchas trabajadoras entren antes a trabajar, salgan después o dejen de hacer una pausa para comer.

La Secretaria General de la Federación de Servicios, Silvia Montejano, exigía que se cumpliera con la jornada laboral conforme al tiempo de su duración, no conforme al número de habitaciones exigido.

En Balears, a raíz del convenio colectivo, Montejano informó de que la Fundación Prevención Hostelería Illes Balears está elaborando una herramienta que sea eficaz de medir las cargas de trabajo. «Será una herramienta que tenga en cuenta todas las variables: desde las dimensiones de la habitación o la categoría del hotel hasta si las camareras de piso tienen que limpiar zonas comunes o el peso del carrito.

Desde CCOO se valoró positivamente el avance hecho en Balears con la firma del nuevo convenio colectivo del sector de la hostelería de Balears. «A las camareras de piso se les paga conforme al convenio y en ese sentido no tenemos la preocupación que se tiene en otras zonas de España respecto a la externalización», señaló el representante de la Federación de Servicios de CCOO, Gonzalo Fuentes.

Sin embargo recalcó que estos avances que han puesto a Balears como referencia a nivel estatal, no quitan que exista todavía preocupación en el sector por el aumento de las cargas de trabajo.

Se apuntó que la inversión que se ha hecho por mejorar la planta hotelera de Balears es una buena noticia, dado que se atrae a un turismo de más calidad y una mejora de los ingresos en el sector puede repercutir positivamente en las plantillas.

Sin embargo se recalcó que esa inversión no ha repercutido en una mejora de los medios técnicos de las camareras de piso. Las trabajadoras se encuentran con camas más grandes, duchas con mamparas de metacrilato o las terrazas acristaladas que provocan que tengan que dedicar más tiempo a cada habitación.

Asímismo se apuntó la necesidad de extender las temporadas, dado que la temporalidad en el sector provoca que se considere que hay que trabajar al máximo en verano y en invierno ya se descansará. Una realidad muy perjudicial para la salud que se refleja en la situación de las camareras de piso.