El biólogo y técnico de Medi Ambient del Ayuntamiento de Sant Josep, Diego Ponce, durante su ponencia. | Arguiñe Escandón

«Si no se hubiese intervenido y no se continúa actuando por la conservación de la bahía de Sant Antoni, la modificación lógica de una zona de estas características es la degradación ambiental y la desaparición de los valores ambientales» que provocarían la desaparición de las playas de los alrededores como las conocemos.

Esa es la conclusión que buscó plantear ayer el biólogo Diego Ponce a los asistentes a las jonadas ‘La bahía de Sant Antoni: retos y oportunidades’, que se inauguraron ayer en el Centro Cultural Cervantes y continuarán hoy entre las 17:00 y las 20:00 horas. En la jornada de ayer también intervinieron el arqueólogo Marcus H. Hermanns y el biólogo y coordinador de Gen-GOB en Eivissa, Xisco Sobrado.

El biólogo y técnico ambiental del Ayuntamiento de Sant Antoni hizo ayer un recorrido por el aumento de la presión humana en la bahía desde mediados del siglo pasado que han llevado a esa situación insostenible.

Es por ello que desde la institución se han llevado a cabo actuaciones a lo largo de la última década por tal de recuperar esos valores ambienatales o mantenerlo.

Por un lado se ha incrementado el control de las presiones del uso portuario, tanto de la circulación como el fondeo, a través de la señalización con boyas para reducir la presión en las playas de la bahía.

Por otro lado se han intentado recuperar espacios ambientales, como la bassa d’es Regueró. Un micro humedal que se encuentra entre los escasos ecosistemas de agua dulce que quedan en la isla.

«Un ecosistema que nos sirve para que cuando se producen episodios de tormenta, la vegetación de final de torrente haga de filtro y de barrera de protección para la playa», explicaba Ponce.

Por último expuso los resultados de los 17 años de labores de limpieza submarina municipal en la bahía. Unos trabajos que han sacado del fondo marino más de 30 toneladas de residuos y han ido acompañados de iniciativas privadas y de otras organizaciones con el mismo objetivo.

«Esta bahía se estaba utilizando como un vertedero. Es verdad que no existía conciencia medioambiental y se tenía la sensación de que el mar lo absorve todo y ahora nos damos cuenta de que no es así».

Transporte marítimo comercial
Ponce también desgranó el informe del impacto ambiental del transporte marítimo comercial que el consistorio encargó a una empresa externa y ha llevado a las actuales restricciones en el uso comercial del puerto.

Una actividad que el informe indica que tiene un impacto muy fuerte sobre los fondos marinos de la bahía y un impacto de ruido y de olas sobre las zonas de playa que incluso «podía ser peligroso para los bañistas.

El informe indica que debería reducirse o eliminarse el tráfico marítimo comercial, dado que esta actividad portuaria aporta un beneficio económico escaso en comparación con el impacto ambiental que genera. Por otra parte se considera que sería necesario realizar un informe sobre el estado de las praderas de posidonia y de cimonocea nodosa.
«Corremos el riesgo de convertirnos en una zona eminentemente portuaria, algo que supondría perder el atractivo de nuestras playas», concluía el técnico.

Jornada de hoy
La sesión de hoy a partir de las 17:00 contará con las intervenciones de Fiona Tomas, que hablará del impacto de las algas invasoras; Daniel Tomé, uno de los autores del proyecto de regulación de fondeos; y concluirá con una mesa redonda.