La mediadora intercultural del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Samia Mestasi, en la entrada del hospital Can Misses. | Redacción Ibiza

El 25% de las tarjetas sanitarias expedidas en el Área de Salud de Ibiza y Formentera corresponde a ciudadanos extranjeros. El Área de Salud contabiliza 153.714 tarjetas sanitarias, de las que 113.889 corresponden a ciudadanos de nacionalidad española.

El colectivo más numeroso de extranjeros es el que corresponde a los ciudadanos comunitarios, del espacio común europeo, que con 20.998 documentos representan el 13% del total de tarjetas. Después le sigue los residentes originarios de América Latina, con 10.337 personas, que representan el 6,7%.

De la zona del Magreb, que corresponde a África del Norte que comprende los países de Marruecos, Túnez y Argelia, aunque más modernamente se incluye también a Mauritania y Libia, son un total de 5.613 tarjetas sanitarias, el 3,6% del total. Del resto de África, la zona denominada como subsahariana, proceden 694 personas. También hay 343 tarjetas sanitarias expedidas a ciudadanos procedentes de Europa del Este. Además, de diferentes nacionalidades del resto del mundo, hay contabilizadas 1.840 personas.

Las tarjetas sanitarias constituyen la estadística poblacional de Ibiza y Formentera que se acerca más a la realidad y muestran la diversidad de población de las islas. De hecho, el Área de Salud dispone de una mediadora cultural, Samia Mestasi, que intervino en las IV Jornadas de Humanización, organizadas por la Unidad de Seguridad del Paciente, la semana pasada, en la que ofreció una charla coloquio acompañada de otros profesionales sanitarios para hablar de la experiencia en Ibiza con la atención a inmigrantes. Mestasi es la mediadora a la que recurre el personal sanitario, tanto del hospital como de los centros de salud, para comunicarse con una persona extranjera, aunque principalmente población inmigrante extracomunitaria. «Son personas con más carencias a nivel del acceso y que tienden más a quedarse en la isla. Es mucho más interesante la intervención con ellos para su correcta integración en el sistema», precisó. En su intervención en las Jornadas hizo una puesta en común con el personal sanitario que asistió a las Jornadas de Humanización.

Confianza
Una de las grandes barreras que se encuentran es que muchas personas no saben escribir ni leer en grafías españolas y «una llamada para darte una cita puede generar gran confusión», añadió. Su figura es transversal y por eso recomienda al personal, tanto sanitario como administrativo, que recurra a ella cuando atiendan a personas en las que vean carencias para acceder al sistema sanitario de una manera igualitaria.

Una de sus funciones es dar a conocer códigos culturales y comunicativos, «Hay muchas cosas que pueden hacer en una primera consulta que la comunicación no fluya adecuadamente, por una mirada, un gesto o un acercamiento». Por ejemplo, para la mayoría de las culturas magrebíes y subsaharianas mirar directamente a los ojos es una falta de respeto. «Son pequeños detalles que no nos damos cuenta y a la hora de crear un espacio de confianza con el paciente crea un ambiente más facilitador», apostilla.

LA NOTA

«Imagínate que llegas a China y te pones enfermo»

uEl idioma es una barrera lingüística para los extranjeros. «Siempre pongo el mismo ejemplo. Imagínate que aterrizas en China, no lees la grafía, no sabes el idioma, no tienes la información para recurrir al sistema sanitario y te pones enfermo», explica Mestasi para dar a entender lo que supone a un extranjero ponerse enfermo fuera de su país y cuando sus condiciones son más precarias. Su labor no se limita a la traducción, aunque hace labores de interpretación, sino que hace un asesoramiento cultural, una orientación y un acompañamiento que completan su trabajo como mediadora.