La ‘habitación-cueva’ se oferta como un alojamiento «para aquellos a los que no les importan los espacios pequeños».

La temporada en Ibiza ya ha comenzado y con ella los alquileres cuanto menos peculiares -y la mayoría ilegales- de cualquier habitáculo. Un simple vistazo a la plataforma Airbnb buscando alojamiento en la isla para el mes de julio deja al descubierto anuncios como el de una ‘habitación-cueva’. ‘The jail’, así la llaman los propietarios «porque se parece a una cárcel. Originalmente, era la sala de calderas de las villas, simplemente la pintamos y pusimos una cama individual y una mesita auxiliar», pone en la descripción, donde además detalla que es un alojamiento «para aquellos a los que no les importan los espacios pequeños y tienen un presupuesto limitado». Y es que el precio de esta habitación que se encuentra en Sant Miquel y según indica en el anuncio a solo 2 minutos de la playa, es de 30 euros la noche.

Entre los comentarios de los usuarios, hay de todo, algunos bastante críticos. Una de las últimas huéspedes indica que «la habitación es muy pequeña, tiene muchísima humedad y está muy poco cuidada. En mi opinión no es apta para alquilar», escribe. Otro usuario comenta que «hay muchas arañas. Si alguien hubiera mencionado esto, probablemente hubiera evitado la reserva porque realmente me disgustan y me picaron varias veces», dice.

Casetas en el bosque
Otros de los alojamientos que se pueden alquilar a través de esta plataforma por Internet son una especie de chabolas de «madera y cristal», según explican en el anuncio, que se encuentran en plena naturaleza. Se ofrece para «aventureros en solitario».

Esta caseta tiene un baño de compost, una mesa y una zona de cocina en plena naturaleza, tal y como explica la persona que publicó este anuncio. Advierte, eso sí que se deben «estudiar las fotos antes de reservar».
El precio para este alojamiento, donde el colchón está tirado en el suelo, es de 30 euros la noche. A lo que hay que sumar una tarifa de servicio de 14 euros de Airbnb.

Los huéspedes destacan en sus comentarios la dificultad para llegar: «De noche es muy difícil», y la falta de «grandes comodidades», ya que «la letrina (no hay WC con agua corriente) y la ducha son primitivas», explica un usuario.

El mismo propietario tiene un segundo anuncio en el que ofrece una caseta similar, también en medio de un bosque para el que advierte «se necesita un transporte muy rural para llegar». Además, la descripción del alojamiento detalla que «no es para packagetourists y que en la zona no hay recepción telefónica».

Una usuaria advierte a posibles turistas en los comentarios: «No vengáis. El sitio era un desastre, parecía un vertedero. Cajas, piezas de coches, maderas, basura y mil trastos por el suelo. La ‘caseta’ se nota que la ha construido él con piezas viejas y apaños cutres. No es una casa cerrada, es decir que es una alfombra con una estructura que lleva una lona por encima. Los bichos entraban sin problema y la puerta que hay es de vidrio», explica.

Otra de las personas que se ha alojado en esta ‘vivienda vacacional’ en Ibiza, señala que «le falta una pared, algo que el propietario no mencionó cuando hablamos, y es fría y húmeda por la noche».
Ninguno de estos alojamientos cuenta con el número de licencia para alquiler como vivienda vacacional.

A estos peculiares alquileres, se suman, cada vez más, los anuncios de caravanas. La plataforma Airbnb oferta una treintena de ellas con precios que oscilan entre los 85 y los 100 euros, a lo que hay que sumar otros 20 euros por la limpieza y el seguro.

Cabe destacar, que ninguno de los anuncios informa sobre la normativa de la isla, que limita el estacionamiento de estos vehículos. El Plan Territorial Insular (PTI) prohíbe las autocaravanas en suelo rústico común y espacios naturales, que suelen ser los principales atractivos turísticos de Ibiza. El PTI solo permite acampar con estos vehículos en espacios autorizados como son los campings.