Imagen de la tradicional procesión con la imagen de San Pedro que recorrió las calles de pueblo. | DANIEL ESPINOSA

Cientos de personas disfrutaron del día grande de Puig d’en Valls. Vecinos, turistas y visitantes se congregaron ayer en la Plaza de España del pueblo, junto a su Iglesia, desde primera hora de la mañana para no perderse los actos que tendrían lugar en ese punto de la localidad. La mañana del domingo comenzó con la tradicional misa solemne oficiada por el obispo de Ibiza y Formentera, don Vicente Juan Segura. La iglesia estaba llena y los fieles se congregaban en la puerta. El Coro de Puig d’en Valls participó en este acto eclesiástico al que también asistieron el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres y el alcalde del municipio, Vicent Marí. Ambos presidieron la procesión de la figura de San Pedro y de la virgen María al salir de la Iglesia, acompañados por la Banda de cornetas y tambores del Santo Cristo del Cementerio, y todo aquel que quisiera unirse.

Unas fiestas especialmente emotivas para el párroco de Nuestra Señora Madre de la Iglesia ya que estas fueron las últimas que celebró en Puig d’en Valls. El obispo le ha requerido en Roma para estudiar y seguir el obispado, según explicó José Cabello, feligrés de la parroquia. «Es una pena porque es un párroco muy querido por todos y lleva varios años con nosotros», afirmó apenado Cabello.

Vecinos y amigos
El ambiente estaba animado y los asistentes disfrutaron del buen tiempo rodeados de sus familiares y amigos. Como Maribel, quien dijo que no se perdía esta festividad ningún año y que lo que más le gustaba era la torrada del viernes y los bocadillos del sábado.

Desde Vila vino Francisco con sus dos hijos porque «el mayor estudia Catequesis en esta parroquia y tenemos buena amistad con el párroco de la iglesia que, además, es padrino de mi otro hijo», explicó Francisco. Quien también aludió que siempre vienen a esta fiesta porque les gusta mucho, sobre todo el desfile de carros. «Mis hijos intentan siempre que alguien les suba a un caballo y disfrutan un montón», concluyó.

Después de la procesión, los congregados comenzaron a formar un circulo para dejar espacio a los balladors de sa Colla de Puig d’en Valls y Xacoters de sa Torre. Uno de los platos fuertes de la programación del día fue el ball pagès.

Ángela baila en sa Colla de Xacoters de sa Torre desde hace 25 años. Al igual que sus tres hijos y su marido. Todos iban vestidos con los trajes tradicionales ibicencos. Era un día especial para ellos ya que sus dos niños pequeños, Xavi y Jordi, se estrenaban como balladors junto a su hermana mayor, Mireia.

Todos los asistentes animaron la danza y comieron orelletes y vi de la terra mientras esperaban el ansiado desfile de carros.