La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Eivissa sigue trabajando en diferentes casos relacionados con los desahucios a pesar de no tener un local donde poder reunirse.

De hecho, hace pocos meses consiguieron que una persona que había sido desahuciada por no poder afrontar la hipoteca de su vivienda, haya conseguido un alquiler social en la misma para los próximos siete años.

Según contó Amparo Cuenca, portavoz de la PAH, dicha vivienda ha estado vacía durante meses y la familia tuvo que dejar a sus hijos menores, que además sufren minusvalías, con familiares en la península. «La familia ha estado dividida y destrozada, pero después de mucho pelear hemos conseguido el alquiler social», dijo.

Además, la Plataforma está trabajando, en este momento, en cuatro casos de particulares que han cumplido o cumplirán en los próximos meses el plazo de los siete años de alquiler social.

Sin ir más lejos, el caso de Cuenca es uno de ellos. «Se quedaron con la vivienda y me hicieron un alquiler social durante siete años que terminó en el mes de febrero», indicó. «Me dijeron que no me hacía más alquiler social en esta casa y que optaban por la vía del realojo», añadió.

En este sentido, explicó que el banco que se quedó con su casa le pidió tres opciones de poblaciones para trasladarse, pero lleva casi cuatro meses esperando una respuesta. «Sigo viviendo aquí y pagando el alquiler igualmente, pero no sé hasta cuándo», lamentó.

Sin alternativas

De hecho, expresó que el «miedo» que se tiene ante este tipo de situaciones es que, al no obtener respuesta, «cada vez que llegas a casa esperas encontrarte una notificación de que tienes que abandonarla».

Por su parte, la portavoz de la PAH aseguró que mientras Viviana de Sans ha estado en el Consell d’Eivissa «hemos tenido bastante apoyo porque ha negociado con los bancos gracias a su posición, pero ahora mismo no tenemos ningún apoyo».

Son ellos mismo, desde la Plataforma quienes negocian con las entidades financieras, pero «en el momento en el que nos digan que tenemos que abandonar la vivienda, nos quedamos sin alternativa». Se refirió así al hecho de que no hay subvenciones ni ayudas para hacer frente al problema en una isla que, reiteró, «tiene unos alquileres imposibles».