Un año más y ya van once la fiesta de la convivencia y el medioambiente del CEIP Puig d’en Valls fue todo un éxito de público y participación.

Un año más el colegio de Puig d’en Valls celebró su fiesta de la convivencia y el medio ambiente. Es el undécimo año que lo hace, ya que lo instauraron cuando aprobaron su propio plan de convivencia que en el año 2008 fue premiado a nivel nacional por el Ministerio de Educación y Cultura del Gobierno de España.

Según aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera el director del centro, Noel Ramon, se trata de una fiesta que se ha convertido en un clásico en su programa, que se hace coincidir con las fiestas de Puig d’en Valls y en la que participan todos los alumnos además de sus profesores, miembros de la APIMA, personas mayores y distintas asociaciones de la isla. «La intención desde la primera edición es que todo el mundo se respete más de lo que lo hace habitualmente y que entre todos los que participan haya colaboración e implicación y se genere un buen clima para favorecer el aprendizaje, porque al participar tantas personas de generaciones tan distintas todo el mundo sale ganando», explicó.

En esta ocasión, se realizaron talleres de elaboración de bolsas de tela, en colaboración con la Fundació Deixalles; de creación de pulseras elaboradas con garrovins (semillas de la algarroba) junto a los miembros de l’Associació d’eines i feines; y de pompas de jabón, de elaboración de objetos con material reciclado y de maquillaje junto a algunos alumnos y profesores. También se instaló una pequeña diana para que todo el que lo quisiera demostrara su habilidad en el tir amb bassetja con pelotas de tenis y un pequeño mural donde todo el mundo escribía sus deseos para conseguir un desarrollo mucho más sostenible y, después, hacérselos llegar al Fons Pitius de Cooperació.

Productos de su propia huerta
Junto a esto, los estudiantes colocaron un pequeño mercadillo en el que vendieron a precios asequibles productos como patatas, zanahorias, lechugas o brócolis que han sembrado, cuidado y recolectado desde principio de curso en su propio huerto del colegio. Además, y como explicó Noel Ramon, como todos los años la demanda de productos de este peculiar mercadillo es muy amplia, se volvió a contar con la colaboración de empresas ecológicas de la isla como Can Musson, Can Vileta, Ca Na Berri, Can Fontet, Can Marines y Can Llussià. Este año todo lo recaudado por las ventas a uno y dos euros se destinará de forma íntegra al Fons Pitius de Cooperació.