Hay nuevas conexiones con Europa y se incrementan las frecuencias de vuelos procedentes de la península. | DANIEL ESPINOSA

Se espera que miles de personas se desplacen a las islas de Ibiza y Formentera en los próximos meses de julio a septiembre. La hostelería y el comercio se muestran esperanzados con el inicio de la temporada alta y esperan compensar el mes anterior, que aparentemente fue algo más bajo en desplazamientos que el año pasado.

Sectores estrechamente relacionados con el turismo están «inquietos» por cómo se va a desarrollar la temporada estival del 2019 a raíz del descenso que se produjo al inicio de la temporada; la Semana Santa no trajo buenos resultados debido a los días nublados, a pesar de que se produjeron muchos desplazamientos desde la península, donde las condiciones meteorológicas fueron peores. Sin embargo, todos apuestan por un remonte de esas cifras de principio de temporada

Bartolo, distribuidor de hostelería, comentó que las ventas a locales de restauración han ido creciendo considerablemente desde principios del mes de mayo «porque empezó a hacer mucho mejor tiempo y los hoteles se han ido llenando poco a poco».

Los propios hoteles destacan que ahora están prácticamente al completo, y que esperan que esta situación se mantenga durante casi todo el verano.

Javier Gómez, recepcionista de un hotel Royal Plaza, en el centro de Ibiza, explicó que «sobre todo estamos dando habitaciones a familias, generalmente de tipo medio-alto, que están dispuestos a gastar en salir a cenar, en compras...».

Por otra parte, los hoteles de la periferia también están «mucho más llenos que el año pasado por estas fechas, sobre todo por grupos de jóvenes adultos», explicó Zulae Estacio, empleada del hotel OD. El mismo hotel oferta entradas para discotecas y beach clubs de la isla, donde «sí que ha habido pocas ventas. Las discotecas últimamente no se están llenando tanto, aquí vendemos muchas menos entradas de las que esperábamos. La gente parece que busca otro tipo de ocio un poco más barato», apunta.

Las grandes firmas apuntan a un crecimiento del consumo y de la demanda de moda en general, «aprovechando que las rebajas ya están aquí».

Por otra parte, es necesario destacar el descontento de los sectores del taxi y del transporte público. «Se ha notado el subidón de trabajo de julio, pero no creemos que haya buena conexión ni los horarios necesarios. Las colas que se forman en verano en el aeropuerto siguen siendo kilométricas» apuntaba Pedro Morante, conductor de autobús.