Los voluntarios recibieron muchas de las clases en la Playa de Talamanca | Redacción Ibiza

El programa social Un mar de posibilidades, impulsado por el Club Náutico Ibiza, contará con siete nuevos voluntarios para la edición de este año. Todos ellos han terminado con éxito los cursos de formación y de coordinación de voluntariado, en los que participaron once personas de diversos perfiles y edades.

Estos cursos son el inicio de este programa en el que, gracias a la dirección de Pedro Cárceles y el apoyo de todas las instituciones de Ibiza, La Obra Social La Caixa, la Fundación Abel Matutes o Valoriza M.A, se facilitará por decimosexto año consecutivo el acceso al mar, las practicas náuticas y los cuidados terapéuticos a más de 300 personas con necesidades especiales y/o en riesgo de exclusión.

Seis días intensivos de formación

Los nuevos voluntarios, entre los que hay abogados, contable o trabajadores del campo, adquirieron durante seis días los conocimientos necesarios para formar parte del equipo del programa. Los cursos fueron impartidos por el director de Un mar de posibilidades, Pedro Cárceles, y diplomados en Enfermería y Fisioterapia en las instalaciones que posee el Club Náutico de Ibiza en la playa de Talamanca, en Ibiza. Además, colaboraron los miembros de la empresa Proactiva, de Seguridad de las Playas.

La intención de estos cursos es que todos los voluntarios conozcan los códigos y protocolos para saber cómo actuar en caso de emergencia y que adquieran conocimientos de náutica, aprendan a manejar una embarcación de vela ligera, a motor o un kayak, o conceptos básicos como la elaboración de los principales nudos marineros. También han conseguido conocimientos de enfermería, higiene, movilización, coordinación o primeros auxilios.

Los nuevos voluntarios se sumarán ahora al equipo de veteranos que lleva varios años colaborando con Un mar de posibilidades. Además, pasan a formar parte del tejido social del Club Náutico Ibiza y están cubiertos con un seguro y unas prestaciones por parte del Club.

Según aseguró el director del proyecto, Pedro Cárceles, «ser voluntario es mucho más que una ocupación, es volver a casa con la satisfacción de haber cumplido los sueños de mucha gente». Así mismo, también confirmó que se trata de una experiencia «que todo el mundo debería vivir al menos una vez en la vida en primera persona porque todos, incluidos los formadores, aprendemos cosas nuevas cada día, saliendo beneficiados el usuario y el voluntario».