Un camarero, sirviendo en una terraza en Vara de Rey. | Marcelo Sastre

Los comerciantes y hosteleros de la isla no encuentran personal para cubrir la demanda de la temporada de verano. Cada año es más dificil contratar a gente y además, esta dificultad aumenta si se buscan trabajadores cualificados. Plantillas bajo mínimos se ven obligadas a soportar grandes cargas de trabajo.

La principal causa del problema es la falta de vivienda y los altos alquileres. Cada vez son más los trabajadores que optan por no venir a la isla y los que lo hacen, en muchos casos, tienen que abandonarla al no encontrar una casa que se puedan permitir.

Algunos empresarios ofrecen vivienda a sus trabajadores para poder tener la mano de obra que necesitan. Aseguran que no es sólo encontrar personal, sino encontrar personal cualificado. En muchas ocasiones, se ven obligados a contratar a gente no cualificada pero que tenga casa. Ahora, ésta es una condición indispensable para ser contratado, por encima de la experiencia profesional.

A los profesionales cualificados que ya buscan una estabilidad ecónomica y una forma de vivir con cierta comodidad, no les interesa venir a la isla, lo que se gastan para vivir de una forma digna supera lo que ganan trabajando.

Según nos cuenta el jefe de personal del Hostal El Parque, Sebastián Ferraro, esto deriva en que le cuesta mucho encontrar gente y cuando lo hace tiene que contratar «un 25 % más de personal porque no están cualificados y tengo que contratar a más gente para hacer el mismo trabajo».

Subraya que «muchos de ellos son jóvenes que se conforman con vivir en una habitación con cuatro personas más, pero no son profesionales, vienen a pegarse la fiesta y luego te dejan colgado y no vuelven».

En algunas tiendas como La Boutique NYC aseguran que «vamos a cerrar la tienda este invierno por falta de personal». Se quejan de que llevan buscando personal «desde el invierno pasado».

En otros casos han tenido más suerte y han conseguido contratar a alguien recientemente. Es el caso de Laura Celador, encargada de la tienda Héctor, que hace unos días ha encontrado a una empleada que buscaba desde principios de verano. Celador comenta que ha tenido chicas «pero se han quedado sin casa y se han tenido que ir». Además, añade que «esta necesidad de ganar dinero para poder quedarse en la isla trae consigo cambios de empleos por parte del personal que abandona un trabajo para comenzar en otro en el que cobra más».

Al final, dependiendo del sector en el que se trabaje y el salario que se cobre, teniendo en cuenta que en Ibiza muchos trabajos son sólo durante seis meses, vivir en la isla para los trabajadores se ha convertido en un lujo que no todos se pueden permitir y la falta de personal afecta a la calidad del servcio que se ofrece a los clientes.

Con unos precios para el alquiler desde 500 euros por una habitación (compartida en muchos casos), hasta 1.000 euros por un estudio, se hace complicado para muchas personas venir a trabajar y acaban eligiendo quedarse en su ciudad ganando algo menos de dinero pero gastando menos también, sin tener que renunciar a vivir con comodidades que en la isla no se pueden permitir.