Javier Torres ha heredado el despacho que en la anterior legislatura usó Miquel Vericad. | DANIEL ESPINOSA

El acuerdo entre PP y Ciudadanos en el Consell d’Eivissa ha convertido a Javier Torres Serra (Eivissa, 1991) en el vicepresidente segundo de la institución insular. Con familia de Sant Miquel y Sant Llorenç, a este técnico superior en Informática de Sistemas la política le ha gustado desde siempre. De hecho, está estudiando Ciencias Políticas en la UNED pero no está claro que tenga tiempo para presentarse a los exámenes de septiembre. Además, también es miembro del Grup Folklòric de Sant Jordi de ses Salines, una afición, el ball pagès, que siempre le había llamado la atención pero que no había probado hasta hace poco más de dos años.

¿Cómo lleva lo de madrugar para estar en el Consell a las siete y media?
—Tenía otro horario en mi empresa, me levantaba un poco más tarde. Ha sido un cambio importante porque yo soy una persona más nocturna, siempre estudiaba por la noche, pero lo hemos cogido con muchas ganas así que, por ahora, no cuesta tanto.

Usted es el único conseller de Ciudadanos. ¿Se ve como uno más en el equipo? ¿Se ha adaptado bien?
—Creo que sí. Por parte del equipo del PP hay buena voluntad porque sabemos que nos jugamos mucho. Hay puestas muchas expectativas y sabemos que tenemos que cumplir. Si vamos cada uno a nuestra bola, como pasó en la legislatura pasada, nos irá mal a todos y, en consecuencia, a Ibiza. Es muy importante hacer equipo y dejar las siglas a un lado mientras trabajamos aquí.

¿Qué les dijo Vicent Marí el día después de la toma de posesión cuando se reunieron por primera vez?
—Repitió muchas veces que no tendríamos los cien días de gracia porque la gente no podía esperar tanto y que la oposición tampoco nos los daría. Llevamos un par de semanas y ya estamos tomando decisiones porque hay cosas urgentes, plazos que se acaban e intentamos absorber la información lo antes posible para poder iniciar los proyectos o reorganizar la casa cuanto antes, porque de repente han pasado dos años y luego no da tiempo para nada.

Usted empezó en UPyD, en 2015 fue candidato de esta formación a la alcaldía de Santa Eulària, ahora está en Ciudadanos, ¿acabará en el PP?
—(Sonríe) No lo creo. Creo que he tenido una línea bastante coherente. Muchísimos compañeros que estaban conmigo en UPyD han acabado en Ciudadanos. A mí la política me ha gustado desde siempre. No la he heredado de mis padres pero los abuelos de mi madre eran socialistas, estuvieron en la cárcel, los enviaron a Formentera y quizás los elementos combativos los he heredado de ellos. Mi tío abuelo por parte de madre también estuvo en la UCD. Era abogado y cuando se acabó la UCD puso un cartel en su despacho: ‘cerrado por defunción’. En UPyD empecé con unas ideas muy claras y que continúo teniendo: una fuerza de centro que pueda influir y que controle a las viejas formaciones y que dé un toque reformista, europeísta y moderno a las políticas y que no sea un partido bisagra sino de gobierno.

No hay día sin que algún fundador o militante de peso deje el partido, Joana Capó les ha llamado ‘frikis’ a los militantes de Palma… No pasan por su mejor momento.
—No. De todas formas yo diferencio lo que pasa en Balears de lo que sucede a nivel nacional, donde hay críticas y divergencia de opiniones que han terminado con gente saliendo del partido. Yo siempre he sido partidario de que si no te gusta algo tienes que quedarte para intentar cambiarlo, porque siempre hay vías para ello. Y si uno pone argumentos sobre la mesa, puedes acabar convenciendo a la gente. Las dimisiones se han producido por mantener el ‘no’ a Pedro Sánchez, pero si hubiera sido al revés, ¿cuántas personas habrían dimitido? Estaríamos en las mismas y hubieran sido otros los que se hubieran ido. Yo creo que hay argumentos de peso para mantener este ‘no’ a Pedro Sánchez. En Balears hubo una persona muy valioso, que es Xavier Pericay, que perdió unas primarias. Hay gente que pide democracia interna y cuando se lleva a cabo y los resultados no son como le hubiera gustado, se molesta. Espero que Pericay en un futuro podamos contar con él, al igual que con Olga Ballester.

¿En Ciudadanos Ibiza había gente que era partidaria de pacta con el PSOE en el Consell?
—Sí, había personas que preferían pactar con el PSOE aun sabiendo los riesgos que había de inestabilidad porque necesitábamos los votos de Podemos constantemente. Esto, para mí, era irresponsable pero en una fuerza de centro es normal que haya gente con diferentes sensibilidades que prefiera pactar con el PSOE que con el PP. El camino que hemos tomado era el más viable a medio y largo plazo y era la mejor posición para llevar a cabo nuestras políticas porque si no estaríamos atados de pies y manos.

¿Uno de ellos fue el coordinador, José Luis Rodríguez Poblador? El día de la presentación del pacto no se le veía demasiado contento.
—Bueno, él tiene siempre una pose seria. Él planteó, como hicieron otros, la opción de estudiar todas las posibilidades. Él ha trabajado en las negociaciones, quizás tenía otras exigencias, pero durante este tiempo el Comité Insular de Ciudadanos ha tomado una postura común y ha remado todos hacia esa dirección.

¿Qué piensa cuando dicen que su formación forma parte del ‘trifachito’?
—Pues me río, es una palabra que me hace gracia. Hay que tener en cuenta de dónde sale: cuando la extrema izquierda habla de esta manera es como ‘que viene el lobo’ para intentar meter miedo a la gente. Aquí dicen que lo vamos a edificar todo y que lo convertiremos en Marbella o Benidorm. Estamos aquí para trabajar y prefiero pasar de estas cosas.

¿Llegaría a un acuerdo con Vox, si fuera necesario?
—No, creo que no hay que dar coba a partidos extremistas, sean de izquierdas o de derechas. A mí que me expliquen por qué pactar con Vox está muy mal y cuando se pacta con Podemos, que es extrema izquierda, no pasa absolutamente nada. Ellos dicen que no son extrema izquierda pero a me explicarán qué hay más a la izquierda del comunismo y del anticapitalismo, que son los movimientos que conforman Podemos. Si yo tuviera que votar una investidura de un equipo de gobierno en el que estuviera Vox, no levantaría el brazo porque podría tener beneficios a corto plazo pero yo no votaría a un partido que quiere ir hacia atrás.

Ustedes y el PP se quejaban de la parálisis en el Consell en la pasada legislatura. ¿Por qué será diferente ahora?
—Creo que podemos darle otro enfoque. Podemos tuvo la oportunidad, como ahora tenemos nosotros, de presentarse sin ninguna hipoteca ni deber favores. Tenemos una buena oportunidad de darle la vuelta a la tortilla, pero no será cuestión de un par de meses. La voluntad de este equipo de gobierno, viendo lo que estoy viendo, es que hay unas ganas absolutas de cumplir con las expectativas que hay puestas en nosotros. Podemos darle otro enfoque valiente al trabajo que se hace en el Consell, reorganizando los recursos que tenemos, exprimiéndolos y sabiendo que también hacen falta más.

¿Hacen falta más funcionarios?
—Sí. Me he encontrado que de cinco informáticos, ahora solo hay tres porque hay una de vacaciones y otro de permiso de paternidad. Tres informáticos para todo el edificio del Consell y todos las otras sedes, como los bomberos. Yo soy informático y tres personas no pueden dar abasto con todo esto. En este departamento ya hay unas plazas aprobadas y solo hay que sacar el bolsín. También creo que con lo que tenemos en algunos departamentos se pueden reorganizar y saber incentivar a los funcionarios.

¿Se puede hacer alguna cosa para reducir la lista de espera de la ITV a corto plazo?
—A corto plazo se tienen que poner en marcha las ITV móviles, que es un proyecto de la anterior legislatura. Cuando visitamos la estación nos dijeron que el bolsín de mecánicos estaba agotado, hay dos plazas por cubrir y hay dos de baja. Hay que volver a crear un bolsín. A lo mejor hubiéramos tenido más mecánicos si no se hubiera pedido el nivel B1 de catalán. Un mecánico creo que no hace falta que tenga esta titulación de catalán pero esto depende de la legislación autonómica. Estaba previsto que las ITV móviles fueran de un año prorrogable a otro pero cambiaremos el planteamiento para tener más tiempo y hacer algo definitivo a largo plazo, así que serán de dos años prorrogables a otros dos. De lo único que estamos pendientes es de revisar la ubicación porque estaba proyectada en el recinto ferial pero creemos que es una mala ubicación porque hay empresas que necesitan todo el recinto y no queremos hipotecarlo. Cuando resolvamos esto y tengamos el bolsín nuevo, la lista de espera bajará.

¿Encontrarán un lugar alternativo?
—Sí. Tenemos algunas opciones en sa Coma pero allí es delicado porque hay el centro de menores, la UME y varias obras en marcha que el tráfico de vehículos interferiría en su funcionamiento. Una idea que cobraba fuerza es el de un aparcamiento fuera del recinto de sa Coma, que aún no está ni en fase de anteproyecto. La ITV móvil podría estar un par de meses en el recinto ferial y luego trasladarse allí.

¿Cuándo licitarán las concesiones de las líneas de autobús?
—Nos hemos encontrado que las compañías del sector nos han dicho que no se contó con ellas para nada. Lo lógico hubiera sido escuchar a los profesionales del sector. Y luego está lo del lote único para toda la isla, que supone un problema legal porque se impulsó desde Europa y así está recogido en la legislación balear que este tipo de licitaciones debían hacerse con lotes múltiples para facilitar el acceso a las pymes. No entendemos por qué se le dio este enfoque imponiendo una decisión que sabían que muy probablemente la tirarían hacia atrás. El otro tema delicado es la integración del transporte escolar con las líneas regulares. Por lo que hemos podido investigar es un sistema que está dando problemas en otros puntos del país. La ventaja es que se daría servicio a muchos puntos que ahora no lo tienen pero también tiene muchos contras. Si se modifica alguna de estas cosas tendríamos que volver a aprobar inicialmente el plan de transporte pero no sería traumático. Prefiero estudiarlo bien, aunque tardemos un poco más, que no ir deprisa y corriendo y tirarnos a la piscina sin saber si hay agua.

¿Le gusta el Cetis?
—No me gusta nada. La puñeta del Cetis es que a corto y medio plazo es imposible tirar para atrás la imposición del uso de la estación. Cuando la consellera de Mobilitat no estuvo en la inauguración era una señal de que fue una decisión política y electoral, porque se hizo el último día que podían inaugurarse cosas. Supone un incremento del kilometraje de las líneas y del coste. Económicamente es un agujero negro para el Consell, el dinero podría haberse destinado a mejorar el servicio de transporte público. El Cetis ha sido una chapuza muy grande y, por desgracia, el recorrido a nivel judicial se ha terminado y no se podrán depurar responsabilidades porque allí hay cosas que huelen muy mal.

¿En qué tiene que mejorar el Consell la administración electrónica?
—En todo, vamos muy atrasados. Está todo cogido con pinzas y todos los departamentos tienen que involucrarse. Hay muchos trámites que tendrían que estar implantados ya que, por ejemplo, no se puede pagar telemáticamente. Para nosotros es un tema prioritario porque ayudaría a desatascar el Consell.

En la legislatura pasada se hizo el Consell a la Plaça. ¿Le gusta la idea o tiene otras?
—En Participació me he encontrado que es un departamento fantasma, no hay ninguna estructura montada, vacío.

¿Y el de Transparència?
—Pues tres cuartos de lo mismo. Se encargaba de él Gloria Santiago pero, por ejemplo, el portal de transparencia no está actualizado. Ahora tengo que rescatar a los funcionarios que se encargaban un poco de estas cuestiones y que han vuelto a sus puestos originarios y poner a alguien que se dedique a estos temas.

¿Se explica qué trabajo hacía la directora insular de Transparència, Gloria Santiago?
—Aparte de sus vídeos exitosos de Youtube, no lo sé. Tendré que preguntar en qué empleaba sus horas y si se ganaba el sueldo, que no era bajo. No sé qué trabajo hacía.

¿Quiénes serán los tres directores insulares de Ciudadanos?
—Tengo algún nombre en la cabeza pero como aún pueden ‘bailar’ un poco no puedo anunciar nada. Será gente que podrá cumplir perfectamente y llegarán con muchas ganas e ilusión de trabajar.