Ángel Luis Guerrero, primer teniente de alcalde de Sant Josep. | Arguiñe Escandón

Ángel Luis Guerrero, primer teniente de alcalde de Sant Josep y responsable de Urbanismo, Actividades, Policía y Aguas, asegura que el Ayuntamiento está trabajando en el Plan General de Ordenación Urbanística, sin dejar de luchar por mejorar los servicios básicos de los ciudadanos, como abastecer al 100 % de las viviendas con agua de calidad.

—¿Cuál es la prioridad en la que está trabajando, actualmente, el Ayuntamiento?
—Lo fundamental es trabajar en el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) . Estamos en un procedimiento donde ya se han redactado las bases técnicas para poder realizar el Plan General, para poder diseñarlo. Están también las bases administrativas para poder hacer la contratación. Yo supongo que en un mes, dos como tarde, ya podremos iniciar la contratación del equipo redactor.

—¿Cuándo se prevé que se puede aprobar definitivamente?
—No hay que engañar a la gente y un Plan General parece que es un documento que redactas y que lo apruebas en dos días y está todo arreglado. Un PGOU es un documento muy difícil de elaborar; tiene que tener un equipo técnico muy potente porque estás haciendo un nuevo diseño del municipio donde van a ir los colegios y todas las infraestructuras en las que se van a poner todos los crecimientos urbanísticos que sean posibles o que tú vayas diseñando. Una vez que lo tienes hecho empieza la tramitación difícil, que es obtener todas las sectoriales que tiene un PGOU. En nuestro caso, además, se ve agravado por todo el tema del aeropuerto, parques naturales, GESA… por eso creemos que, desde que lo iniciemos hasta que lo terminemos, es un procedimiento de unos 10 años.

—¿Qué se va haciendo en ese margen de tiempo?
—Mientras tanto tienes que hacer revisiones de lo que tienes, de las normas subsidiarias, con algunas modificaciones puntuales para darle sentido a todo el Urbanismo porque, al final, no deja de ser el eje central de la sociedad. Tienes que tener un diseño coherente, no como ahora; tenemos gran cantidad de núcleos urbanos que están desconectados, donde los servicios no son posibles, no llegamos con la red de alcantarillado y de agua… hay que darle coherencia a eso. Nuestra intención es que, en los próximos meses, ya esté contratado el equipo redactor. Hablamos de un procedimiento que nos costará más de un millón de euros, lo que es la redacción del PGOU, y esperamos hacer sobre 2020 el primer avance o quizás la primera aprobación inicial. Cuando apruebas inicialmente no es más que exponer el documento público y los ciudadanos empiezan a hacer alegaciones. Si es necesario hacer cambios, tienes que hacer una segunda aprobación inicial y, una vez hecho esto, es cuando ya se envía al resto de sectoriales.

—¿Qué cambios va a haber en Sant Josep?
—Los crecimientos creo que van a ser muy pocos, por no decir ninguno, porque el condicionante, que es el agua, no nos lo permite porque nunca hemos tenido una infraestructura hidráulica de calidad. Además, tenemos unas desaladoras que dan el agua que dan, que si no se amplían, en los meses puntas, empezamos a padecer todos los municipios. Es una batalla que tenemos que ganar y tenemos que hablar con Palma para que nos traspase las competencias. Por eso, no podemos seguir haciendo crecimientos de una manera desordenada sin tener estos servicios, como son la depuración, el agua o la energía.

—Hablando del agua, en mayo se dijo que llegaba agua de buena calidad al 100 % de las viviendas del municipio. ¿Esto es verdad?
—Nosotros ahora mismo estamos llegando al 90 % del municipio con agua desalada y hay una parte, no se puede engañar a nadie, que está recibiendo agua de pozo, la de sa Caleta y Can Frígolas. Hay un depósito, el de ses Coves Fosques, donde hay unas bombas que están funcionando con un sistema energético en precario porque, al final, no deja de ser un generador que hace ruido y que algunos días sufría sabotajes como la parada del grupo electrógeno. Estas paradas paraban las bombas y esto hizo reventar la zona cerca de Cas Costas; allí teníamos una bajada que es la que da agua a toda la zona de sa Caleta. Cuando conseguimos terminar la obra de esta instalación y coger el otro punto de abastecimiento para que no fuera de las bombas de Coves Fosques, ocurre que Abaqua no tiene más agua.

—¿Qué pasa entonces?
—Actualmente estamos gastando sobre 21.000 metros cúbicos de agua y Abaqua nos sirve un máximo de 18.000. ¿Qué ocurre? Que tenemos un déficit de 3.000 en verano. Lamentablemente para mí, tengo que tomar una decisión para ver a dónde dirijo el agua. Me podía plantear si dar agua de mala calidad a buena parte del municipio (Sant Josep, Sant Jordi, sa Carroca y sa Caleta) o elegir un sector que sea el que no tenga agua de calidad hasta el 15 de septiembre, que es lo previsto. Yo tomé la decisión de que fuera este sector el que se quedara sin agua de calidad. Esperamos que el año que viene no pase porque vamos a hacer muchas mejoras en la red; hay unas tuberías que van desde Puig Cardona hasta Sant Josep que no han entrado en servicio por un fallo constructivo. Prevemos que en octubre estén también en servicio y bajaremos el nivel de pérdidas que tenemos y, así, tendremos agua suficiente para todo el municipio.

—Las inversiones que se han hecho para detectar las posibles fugas de la red, ¿han dado los resultados que se esperaban?
—Han dado resultados, pero es cierto que seguimos perdiendo agua y que no tenemos un rendimiento óptimo. Estamos ahora mismo sobre el 64 % y se considera que una red óptima funciona al 80 %. A veces hablamos de pérdidas, pero también son fraudes de gente que se conecta a la red sin ningún tipo de control y ese agua no se contabiliza. La red que nosotros creemos que más pierde, pero que también intuimos que no todo es pérdida, es la que tenemos entre Sant Josep y Puig Cardona en el kilómetro 5. Hace muchos años, cuando Aguas de Formentera hacía instalaciones, iban por medio de fincas, no por lo público. Ahora estamos sacando todas a terreno público. Antes se llegaba a tratos de ‘tú pasas la tubería por aquí, pero me dejas una toma’. Hay gente que nos ha dicho que tenía agua siempre y les hemos tenido que explicar que no tienen contador ni contrato. Entonces al final no estás perdiendo todo el agua, sino que no está registrada.

—¿Como por ejemplo en ses Salines?
—Nosotros entendemos que no hay filtraciones, que lo que hay son vertidos porque cuando tenemos una llegada masiva de agua en época de lluvias, parece ser que la depuradora no es capaz de absorber toda ese agua. Hemos estado investigando toda la red, sobre todo la parte del torrente que era la que más nos preocupaba y está íntegra. Hemos mirado también todo el polígono industrial de Sant Jordi y no había nada. Nuestra tubería pasa por un torrente y debería pasar por un sitio público. Lo que vamos a hacer es preparar un proyecto que pase por la carretera de ses Salines, un proyecto con tuberías modernas y no fibrocementos, y hacer un entronque nuevo con la depuradora. Sospechábamos también de las autovías y de gente que se conectaba y hemos encontrado cosas, pero no lo suficiente para esa aportación. Seguimos con los ojos puestos en la autovía porque esa cantidad de agua solo puede venir de ahí. No sabemos si es un fallo constructivo o si es del propio acuífero de Sant Jordi.

— ¿Qué pasa con la depuradora de Cala Vedella? ¿Por qué se paralizaron las obras?
—Cala Vadella es un lío y es el paradigma de todo aquello que nunca debió ocurrir. Cala Vedella es un plan parcial de 1971, con un proyecto de urbanización que se ejecuta, pero que el Ayuntamiento no recepciona nunca. Por tanto, no es responsable de nada de lo que pase allí porque es de la urbanizadora. Lo que ocurre es que el Ayuntamiento, durante muchos años, ha mirado hacia otro lado hasta que se nos ha hecho una especie de bomba de relojería que tenía que explotar. La depuradora está dentro del plan de urbanización, que no es municipal, aunque la idea es cogerla. Ahora, la empresa urbanizadora la está intentando mejorar y nos presentó el proyecto no oficialmente. Se trata de un proyecto que no se parecía en nada a lo que se pretendía ejecutar, aunque seguramente con muy buena intención para mejorar la depuración de las aguas residuales. A raíz de eso se hizo un desmonte en la montaña, Recursos Hídricos intervino porque entendió que es un torrente y que debería de haber obtenido los permisos necesarios y nosotros, viendo lo que estaba pasando, ordenamos la paralización inmediata de las obras. En aquellos meses nos ponemos en contacto con la directora general de RRHH y nos dijeron que el Ayuntamiento se tenía que hacer cargo y que nos permitirían obras de mejora dentro de la planta. Que lo que teníamos que hacer era buscar un nuevo terreno donde se pudiera construir una nueva depuradora y la otra fuera una estación de bombeo. Es imposible pensar que una depuradora esté en medio de un núcleo urbano. Y en eso estamos.

—¿Se tiene ubicación?
—Estuvimos hablando con un arquitecto, nos ha hecho un plan de reordenación de Cala Vedella, estamos acabando de perfilarlo y estamos buscando una nueva ubicación para la nueva planta que estará en la parte sur.

—¿Cuándo estará listo este plan?
—Deberá estar listo en septiembre como muy tarde. Me refiero al plan donde se cambiarían los usos y las calificaciones urbanísticas de las parcelas. Allí todavía hay parcelas que están sin construir con la calificación hotelera. No creo que a nadie se le ocurra que deba haber más hoteles allí con la misma depuradora.

—Otro tema recurrente en el municipio es el de la venta ambulante. ¿Cree que hay solución?
—Es un tema muy complicado, no solo en ses Salines, también en Cala Bassa y Cala Tarida. No tenemos suficiente policía para hacer todos los controles que deberíamos, que hacemos muchos, pero menos de los que quisiéramos. También hay que tener en cuenta que nuestra orografía son 80 kilómetros de costa. ¿Cuánta policía necesitas solo para estar en la costa? Respecto al tema de ses Salines todo el mundo mira a Sant Josep, pero hay más administraciones: el Consell Insular, el Govern balear, la Guardia Civil… Yo creo que lo que hay que hacer, que hasta ahora no se ha hecho y es una de las conversaciones que tenemos que mantener con el director insular del Estado, es coordinar acciones no solo con la Poli.