El gran castillo de fuegos artificiales iluminó el cielo y la bahía de Sant Antoni y cautivó tanto a residentes como a turistas. | T. PLANELLS

Habrá quien considere curioso que en Sant Antoni se celebre la festividad de Sant Bartomeu. Más curioso resultará saber que hasta la época de la Segunda República el día de Sant Bartomeu se celebraba a Santa Agnès, a pesar de que su festividad es el 13 de enero.

«Todavía algunos, los más mayores, se acuerdan de esta fiesta de Santa Agnès el día de Sant Bartomeu», indicaba en su homilía el párroco de Sant Antoni, Francisco Javier Torres Peters, que como archivero de la diócesis y gran conocedor de la historia de Ibiza aprovechó la misa solemne por el día de Sant Bartomeu para ilustrar a los feligreses que llenaron ayer la iglesia de Sant Antoni.

Poco espacio hay en esta crónica para entrar en detalle, pero valga decir que en el siglo XVIII se empieza a celebrar Sant Bartomeu en la cueva de Santa Agnès. La cofradía de esta santa celebraba en su capilla ambas festividades, cada una en su día. Pero en un momento dado pagan una nueva capilla (el actual restaurante Sa Capella) y se quedan sin dinero para hacer dos celebraciones al año. Así que deciden unificar ambas fiestas el día de Sant Bartomeu. La misa se llama de Sant Bartomeu pero se predica de Santa Agnès.
La capilla se dejaría de usar años más tarde, seguramente por falta de dinero para mantenerla. El retablo y la imagen de la santa se trasladan a la iglesia de Sant Antoni, y desde entonces se celebra la fiesta en el pueblo, manteniendo la predicación de Santa Agnès hasta que en 1940 monseñor Bartomeu, párroco de Sant Antoni, decide retomar la celebración del santo en su día. Peters aprovechó también la homilía para animar a los feligreses a dejarse la piel en su día a día, como hizo Sant Bartomeu por su fe cuando le martirizaron desollándolo vivo. Tambien con el cuidado del patrimonio que «tanto trabajo costó» a los antepasados de los portmanyins.

Acompañaron la misa la colla Brisa de Portmany y el coro de la parroquia. Al finalizar la celebración las imágenes de Sant Bartomeu, Santa Agnès, la Virgen María y Sant Antoni recorrieron las calles del centro del municipio acompañados por la colla Brisa de Portmany.

Tras la vuelta a la parroquia ya esperaban decenas de personas en la plaza de la Iglesia para presenciar el espectáculo de bailes tradicionales que protagonizaron el Egusenti Dantza Jalde, el grupo folclórico de la localidad vasca de Mundaka, invitado para la ocasión y los la colla portmanyina. El grupo vasco estaba integrado por 25 personas y las mujeres que forman el grupo de baile sorprendieron con su gracilidad y sus ágiles saltos.

Todo quedó registrado por Emma, una estudiante de cine francesa que integrará estas fiestas en el documental de su trabajo de fin de carrera que trata sobre la Ibiza tradicional.

Una Ibiza que conoce bien su madre, Constance, que ha veraneado 40 años en la isla.

La jornada concluyó con ‘La Movida Summer Fest’, que hizo un paréntesis a medianoche para el castillo de fuegos artificiales, que iluminó con sus 300 kilos de pólvora la bahía de Portmany durante 12 minutos.