como si nos importara mucho jajaja

El problema es que quien se acostumbra a vivir de la política luego no quiere dejarla porque le toca trabajar

NO en pot sortir res que beneficiï la nosra comunitat. Ni ells ni cap partit centralista està en disposició de defensar allò que canviaria -ben duit- el signe del nostre present i del nostre futur com a comunitat: recuperar tots els drets com a poble i disposar dels imposts que pagam aquí per poder-los invertir aquí.

Aire fresco Regeneración política y abrir la posibilidad a una alternativa socialdemócrata frente a la realidad actual Definitivamente el PSIB necesita catarsis , tocar fondo y casi desaparecer para que el " aparato " se de cuenta que no Francina ni aina son los valores que precisa la ciudadanía Una auténtica pena

Francina, tú ya has vivido y beneficiado a tu pareja demasiados años de la política. No habeis entendido el mensaje de los ciudadanos. ESTAMOS HARTOS DE PERSONAS COMO TÚ. QUEREMOS GENTE REGENERADA Y QUE NO TENGA NINGÚN PASADO OSCURO. OS ENTERAIS????

los perdedores no tendrian que volverse a presentar

Pues lo tienen claro los Sociatas si sale esta PETARDA.

Bién Armengol, bién!. Si me invitan, no voy a ir.

Yo solo pido que Iberdrola,Canal Plus,Jazztel...etc dejen de molestar con sus llamadas telefónicas.

Estamos sufriendo un verdadero proceso kafkiano. Una desvergonzada minoría en el poder nos está metamorfoseando en insignificantes insectos con falsas promesas de cambio. Vivimos una auténtica involución. Unos pocos zánganos -con el concurso de un staff coronado- pretenden transformar a la laboriosa colmena en una soleada cola de moscas ante el estercolero. ¿Qué cómo lo están haciendo? Primero nos cebaron con el miedo. Dijeron "crisis", o sea, "obedeced". Después, la enajenación más abusiva de la historia, "pagad nuestras deudas". Estamos pagando las deudas de los responsables del quehacer económico. Las deudas de los dueños de los medios de producción. Las deudas de los acaparadores del producto. Nosotros, los que solamente tenemos un vulnerable voto, la simple fuerza de trabajo y la cola del paro. Ya habíamos perdido las tres grandes abstracciones sociales que podían permitir la igualdad entre los humanos, a saber, el lenguaje, el dinero y el estado. Ahora nos dan a entender que ya no nos temen, pues han desactivado la capacidad de reacción reivindicativa de nuestra fuerza, el trabajo. La tasa de ganancia ya no está en la producción. Obtienen más -y a menor riesgo- con las finanzas, el humo especulativo del parquet de Wall Street y el de la City londinense. Y ¿qué pasará con el pan de mañana, el de nuestros hijos?