En un corto espacio de tiempo los bomberos sofocaron dos incendios que se declararon prácticamente a la vez en Eivissa y Sant Miquel. La alarma en el Parque Insular sonó a las cinco y veinte de la tarde después de que se recibiera una comunicación que alertaba de un fuego en un piso en el número 8 de la calle Aníbal, en la Marina.

El incendio, iniciado al prenderse fuego una sartén, movilizó tanto al servicio de ambulancias como a agentes de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía.

El único ocupante en ese momento de la casa salió airoso del percance, pese a que la cocina resultó calcinada y a que el humo afectara a otras partes de la vivienda. Las fuentes consultadas por este periódico señalaron que el hecho de que las puertas se encontraran cerradas evitó males mayores al no crearse nuevas corrientes de aire que pudieran avivar el fuego.

Los bomberos actuaron con rapidez y poco antes de las seis de la tarde se dio por concluida una intervención que vino seguida de otro servicio en Sant Miquel.

Diez minutos antes de las seis, se requirió la presencia de los bomberos en la zona de Can Rubio. La celeridad con la que se volvió a actuar, en un terreno complicado, impidió que el fuego que había sido detectado en esta parte de la isla terminara en un fuego forestal de grandes dimensiones. Al final, sólo ardieron cien metros cuadrados.