El fiscal jefe de Balears, Antonio de Vicente Tutor, que estos días se encuentra en Eivissa con motivo del trasladado de las oficinas del ministerio público a la calle Aragón, lamentó que el crimen de Mónica Juan haya llegado definitivamente a un callejón cerrado que le va a conducir de nuevo a su archivo. El máximo representante de los fiscales en la Islas aseguró que continuamente ha estado preguntando por el procedimiento abierto y dejó entrever que la resolución del caso prácticamente se había convertido para su persona en un motivo de constante preocupación.

La última juez que se ha encargado de la investigación cerró el caso, tras firmar un auto, hace pocas semanas -tal y como informó este periódico- pero decidió reabrirlo después de que la Guardia Civil pusiera ante su mesa la declaración de un testigo que dijo haber visto a la joven asesinada conversando sofocadamente con dos hombres.

Tras tomarle declaración a dicha persona, en una diligencia en la que las fuentes consultadas por este diario próximas a la investigación no guardaban ninguna esperanza, no saltó la sorpresa que impida que el sumario pase ya a la Audiencia Provincial, tribunal que tendrá que decidir si hay que bucear aún más en las infinitas gestiones que se han practicado y en las que no quedaron exentas grandes errores en los inicios de las pesquisas.