El alijo de hachís fue cargado en la costa africana.

J.J.M./J.F.M. Ninguno de los tres vecinos de Eivissa que están siendo juzgados en compañía de otros nueve sospechosos por el desembarco en febrero de 1998 de 2.500 kilos de hachís en Menorca ha querido declarar ante el tribunal que está viendo su causa en Mallorca.

Manuel M.G.. Enrique C.P. y Juan P.F., éste último natural de Eivissa, han optado por acogerse a este derecho. Sus nombres no están recogidos directamente en las escuchas telefónicas que grabó la Guardia Civil en el transcurso de la investigación, prueba que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha decidido aceptar pese a las reticencias de las defensas.

Manuel G.M., Enrique C.P. y Juan P.F. fueron detenidos pocas horas después de que tuviera lugar el desembarco del alijo y la Guardia Civil interviniera el cargamento. Todos ellos supuestamente , tras realizar el trabajo, llevaron el barco hasta Barcelona, donde lo dejaron atracado. Allí tomaron un vuelo de regreso a Eivissa, en cuyo aeropuerto fueron detenidos por agentes de la Guardia Civil de Eivissa que esperaban su llegada. Esta es la principal prueba de cargo que hay contra los tres sospechosos, que se juegan cada uno de ellos cuatro años de cárcel en un juicio que termina esta semana, La persona que supuestamente les contrató, Alberto Barber, con antecedentes por tráfico de hachís, ha seguido una táctica similar. Este sí declaró ante el tribunal pero negó todos los cargos, incluso que su voz apareciera en las cintas, y no quiso aportar más datos de trascendencia.