El acusado, Manuel Puerto, se enfrentó ayer al segundo día de juicio en una causa cuyo veredicto depende de un jurado. Foto: FERRAN CARBONELL.

J. F. MESTRE Antonia Cruz, la mujer que murió estrangulada en una casa de Santa Eulària a finales de enero del año pasado, fue atacada por la espalda cuando dormía. El fiscal, ante este nuevo dato, decidió modificar sus conclusiones y pedir penas de asesinato, con 17 años en juego, -en vez de homicidio, con 10para el novio de la víctima, juzgado durante estos días por un jurado en Mallorca. La acusación particular, a su vez, ha aumentado a veinte años su solicitud para el sospechoso del crimen.

Dos médicos forenses que comparecieron ayer ante el tribunal, en el segundo día de juicio, revelaron a las partes la conclusión que ha roto la principal coartada de Manuel Puerto, quien 24 horas antes había declarado que cuando llegó a casa no estaba su novia y que, tras sufrir un desmayo, se encontró con el cadáver de Antonia Cruz. El acusado, después de decir que no se acordaba de nada, llegó incluso a insinuar que la mató otra persona que entró en la casa o el mismo británico que vivía con ellos.

El informe médico que fue presentado ayer ante el jurado informaba que Antonia Cruz murió claramente por estrangulamiento. No había golpes ni hematomas en el cadáver, un hecho que evidencia, a juicio de los forenses que la víctima no se resistió.

Los peritos manifestaron que el ataque se produjo por la espalda cuando Antonia Cruz se hallaba tendida boca abajo en su cama. Ello se demuestra porque los hematomas aparecieron en la parte posterior del cuello de la joven, un hecho no habitual cuando se estrangula a una persona. Este mismo informe concretó que la novia de Manuel Puerto se encontraba muy bebida cuando fue asfixiada, según despejó una analítica. La víctima pudo tardar en morir entre diez y veinte minutos, si bien durante este tiempo no tuvo la oportunidad de resistirse, según el mismo examen facultativo.