La Audiencia Provincia ha condenado a tres años y medio de cárcel a Soledad Moreno Cortés -pena conformada por las partes- por vender droga y ha absuelto a su compañeros sentimental de los cargos que igualmente pesaban contra él por traficar con estupefacientes en la vivienda que la pareja compartía en la calle Alto de sa Penya.

La principal dificultad con la que se encontraba el tribunal para dictar sentencia, precisamente, se hallaba en la situación de la vivienda, convertida en un «laberinto» al estar comunicada por agujero con otras dos casas. Ambos acusados negaron que los objetos y la droga descubierta por la policía -distintos electrodomésticos y 15 papelinas de heroína y 9 de cocaína- tuvieran relación con ellos porque el registro se practicó en dos viviendas que según ellos no habitaban, alegando que moraban en otra contigua a esta. Soledad Moreno Cortés, sin embargo, reconoció que había vendido cocaína y heroína a otra toxicómana, hecho que motivó el registro en el inmueble.

La Sala ha resuelto que, pese a este laberinto y a las fundadas sospechas, no se puede asegurar con exactitud que la droga y los objetos supuestamente obtenidos con la venta de droga pertenecieran a la pareja.