La ausencia de los encausados en una importante operación que llevó a cabo la Guardia Civil en Eivissa y luego en Mallorca con la que se puso fin a las actividades fraudulentas de una red de falsificadores de eurocheques y tarjetas imposibilitó ayer a la Audiencia Provincial juzgar este caso. Todos los sospechosos y algunos que figuraban como testigos se encuentran ahora en paradero desconocido. El tribunal había convocado a cerca de 25 personas para la celebración de la vista, entre ellas a una docena de agentes de la Benemérita que tuvieron que venir en balde desde distintos destinos, así como a los propietarios y empleados de casas de alquiler que fueron estafados por esta red.

La unidad de Policía Judicial de Eivissa concretó en octubre de 1997 unas investigaciones que se saldaron con dos argelinos detenidos y un inglés que a su vez utilizaban a dos chicas como cebos en sus operaciones. Todos ellos fueron descubiertos en una casa de Cala Martina, en Santa Eulària. La Benemérita precisó realizar disparos intimidatorios al aire ante la peligrosa conducta que exhibieron los sospechosos, según consta en las diligencias judiciales. El éxito de esta operación no sólo estuvo en el gran material intervenido, todo ello producto del robo, sino también en maquinaria de gran precisión que les permitía realizar falsificaciones de documentación de gran calidad. Además, la Benemérita pudo descubrir que todos los sospechosos actuaban en connivencia, con extremas precauciones para que no se descubriera la relación, con otro grupo que se había instalado en Mallorca.