Las lluvias y el mal estado del muro de marés son las posibles causas del derrumbe del talud que ha causado cuantiosos daños materiales en el edificio de Costa de la Calma, tal y como adelantó ayer Ultima Hora.
El Ayuntamiento de Calvià ha cortado un tramo de la carretera de la calle Bellavista, entre los números 149 y 153, ya que parte de la ladera se ha desprendido, justo al lado del Edificio Siesta. Ayer por la mañana, una docena de apartamentos continuaban precintados y los vecinos afectados habían sido realojados en casas de familiares o amigos. Uno de ellos era Àlex Del Ojo Fernández, un joven que sufrió un ataque de nervios al quedar atrapado dentro de su casa, con las piedras y rocas taponando su entrada.
Provisional
El padre de Àlex, Javier del Ojo, explicó ayer a este diario que uno de los aspectos que más le preocupa es el de los vecinos: «Mi hijo por ejemplo está con nosotros en casa, pero él necesita su espacio, su casa de los últimos años. Los apartamentos están precintados y no se sabe cuándo podrán volver».
Para Javier, pasarán varios meses hasta que el inmueble recupere por completo la normalidad: «Nadie nos ha hablado todavía de fechas ni de cálculos, pero imagino que primero tienen que tirar la parte del muro que sigue en pie, después retirar los escombros, rebajar la montaña... y todo eso lleva tiempo, quizás varios meses. El problema es que los vecinos no pueden seguir así varios meses», apuntó Javier, que se quejó de que nadie se había interesado por los perjudicados.
El muro de marés fue construido a principios de los años ochenta y sus dimensiones eran de diez metros de alto por unos sesenta de largo. Servía como «cajonera» a la montaña, aunque oficialmente hacía las veces de muro de contención de la ladera. Entre las rocas y el marés se creó una especie de cámara de aire donde se instalaron unas vigas de apoyo. Policía Local, técnicos municipales, bomberos y peritos privados de compañías de seguros están ultimando sus respectivos atestados.