Los excesos de muchas horas de drogas y alcohol han pasado factura a dos amigos que en septiembre de 2007 acabaron peleándose en las inmediaciones del Bora-Bora de Platja den Bossa. La Audiencia ha condenado a uno de ellos a tres años de prisión por un brutal ataque a su compañero de juerga. Al otro le quedará de por vida una cicatriz de cinco centímetros en su mejilla izquierda después de que el primero le arrancara un trozo de carne de un mordisco.
Víctima y 'verdugo' reconocieron en la víctima que desde el día antes habían estado ingiriendo grandes cantidades de alcohol y drogas. «Tomamos de todo y mucho», declaró el acusado el día de la vista oral, celebrada el pasado mes de noviembre.
El incidente tuvo lugar sobre las siete de la tarde. Un agente de la Guardia Civil separó a ambos implicados cuando supuestamente sin motivo uno de ellos se abalanzó sobre el otro. El agente no vio el mordisco pero aseguró que vio al acusado golpeando al otro joven cuando éste último llevaba toda la cara cubierta de sangre. «Le faltaba un trozo», afirmó.
Recuerdos
El sospechoso no negó nunca la agresión. Se limitó simplemente a señalar que no se acordaba de nada. La víctima, sin embargo, sí lo recordaba. «Se volvió loco» de repente y con ello no sólo vino el mordisco sino también una retahíla de puñetazos y patadas. El tribunal reconoce también que el afectado debe ser indemnizado con 5.250 euros.