En el banquillo de los acusados tras haber sido sorprendido borracho por la policía después de estrellarse con un todoterreno contra unos focos pertenecientes a la comunidad de propietarios de un edificio de Vila. Así acabó un conductor que fue interceptado por los coches patrulla cuando huía del lugar vapuleado, según sus palabras, cuando tuvo una pelea con un vecino al impedírsele entrar en un club de alterne ubicado en este inmueble.
El suceso tuvo lugar en el edificio Brisol de la avenida 8 d'Agost el pasado día 6. El acusado no recordó haber dañado nada pero sí haber recibido un puñetazo en la nariz. «Fue cuando llamé a un timbre e intenté entrar porque había quedado con una chica», señaló ayer ante la juez Martina Rodríguez, titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa.
El acusado respondió no soló de un delito contra la seguridad del tráfico y una falta de daños,sino también de otro de desobediencia por supuestamente negarse a continuar sometiéndose a la prueba de etilometría que se le practicaba. Ello ocurrió después de que hubiera dado una tasa de 1,1 y fuera trasladado al retén de la Policía Local de Eivissa. Según el atestado, una vez en las dependencias hizo todo lo posible para no realizar bien la prueba.
Ron y coca cola
El acusado reconoció todos los hechos que le imputaban a excepción de desobediencia. «Había bebido, claro. Me había tomado hacía 10 minutos mi último ron con coca cola. Pero no es que no quisiera soplar. Simplemente es que no pude», afirmó.
El sospechosos se enfrenta a multas, privación de derecho a conducir, 33 días de trabajo para la comunidad y pena de cárcel.
«Nos llamaron del edificio Brisol diciendo que un conductor había causado unos desperfectos. Lo interceptamos y, al pararlo, vimos que llevaba un bollado en la carrocería», explicó un agente.