El fiscal pidió ayer seis meses de prisión y tres años de privación del derecho a conducir a un residente sudamericano de Formentera que en la madrugada del 7 de julio de 2008 se estrelló supuestamente bebido contra un coche oficial de la Guardia Civil en esta isla, siniestro en el que al menos uno de los agentes resultó herido.

«No pude hacer nada para evitar la colisión. Circulábamos por la carretera que une es Pujols con Sant Ferran cuando el coche del acusado se empotró contra nosotros. Lo único que pude hacer fue sujetar fuertemente el volante», explicó uno de los agentes afectados

El siniestro, según el atestado elaborado por Tráfico, se produjo en un tramo recto, limitado por una velocidad máxima de 40 km/h y cubierto de badenes. El informe recogió que, como consecuencia del impacto, el todoterreno de la Benemérita, golpeado en el eje de su rueda trasera, se estrelló contra una pared, parte de la cual resultó derribada. El acusado, localizado a su salida del hospital al poco del accidente, dio 0,91 mg/l en la etilometría a la que fue sometido. En el juicio prefirió no declarar.

Su defensa, sin embargo, trajo a una testigo que aseguró que, tras el accidente, éste había acudido a su casa para contarle lo que había pasado. La mujer explicó que no pudo atenderle porque se iba a trabaja rpero aseguró que le había dado dos cervezas. Uno de los guardias civiles que practicó la etilometría, pese a este testimonio, relató que se le preguntó expresamente al acusado si había ingerido alcohol tras salir del hospital, hecho que negó, y que sólo habían pasado 20 minutos desde que había ocurrido el accidente.