El ministerio público pidió ayer un total de seis años de prisión para un joven de nacionalidad argentina, que ya se encuentra en prisión, por un delito de malos tratos, otro de amenazas y otro de quebrantamiento de orden de alejamiento. Tanto la representante del ministerio público como la acusación particular pidieron que la pena de prisión sea permutada por la expulsión del país por un periodo de diez años.

El hombre, L.A.G., que asegura que consume drogas desde los 12 años -ahora tiene 26- y que sufre problemas psicológicos, negó los cargos. Dijo que jamás ha pegado a su ex pareja, con la que tiene una hija de seis años, y en cuanto a la vulneración de la orden de alejamiento culpó a la mujer.

Ella, en su declaración, realizada tras un biombo para no ver al acusado, dijo que el mismo día en que L.A.G. fue condenado en juicio rápido, el 30 de julio del año pasado, éste acudió a la casa de Sant Antoni en la que vivía la mujer con su hija y la madre del detenido y allí la amenazó con marcarle la cara con un cuchilla. Al día siguiente, explicó la mujer, se lo encontró en la calle. «Le dije a la niña que se fuera a jugar; él me tiró al suelo y me golpeó contra un banco. A la niña le robó la 'Playstation' que le había comprado y a mí, el dinero», declaró la mujer.

El 10 de agosto, en Sant Antoni, se topó de nuevo con él: «Me arrastró un buen tramo, me comenzó a pegar y salieron unas mujeres de un hotel». Estas dos turistas declararon desde el País Vasco por videoconferencia y pidieron que el acusado no pudiera ver la pantalla. Ambas dijeron que escucharon los gritos y vieron cómo la mantenía contra una valla sin poder huir y ella le pedía que no la pegara. «Las terrazas del hotel se llenaron de gente que insultaba al hombre y le decían que dejara en paz a la mujer», declaró una de las turistas, que acompañó a la mujer hasta su casa. La denunciante dijo que el acusado la ha pegado muchas veces y que no ha denunciado por miedo, ya que la tenía amenazada a ella y su familia.