Llevaban cinco días de luna de miel y ya tuvieron graves problemas. Un turista de nacionalidad alemana tuvo que responder ayer en el juzgado de haber abofeteado a su mujer después de que ésta, al parecer, le arrojara a la cara el anillo de bodas. Todo ocurrió después de que la pareja visitara la Feria Medieval de Vila y se emborracharan tras comprar un cuerno y llenarlo de bebida.

El juicio se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa sin que estuvieran presentes ni el acusado ni su mujer. Pese a ello, el fiscal mantuvo una acusación en la que se piden 60 días de trabajo para la comunidad y un año de prohibición de acercamiento e incomunicación con su esposa después de que un testigo confirmara que vio cómo el hombre dio, según sus propias palabras, «dos bofetones bien dados» a la mujer.

El incidente tuvo lugar el 11 de mayo en el Hotel Club Bahamas de Platja den Bossa después de que la recepción del hotel requiriera la presencia de la policía a causa de la pelea conyugal. Según los testigos, el hombre intentó pasar desapercibido tras ocultarse en una terraza.

Con un pañuelo

La policía, sin embargo, no sólo lo localizó sino también a la víctima. Ésta no pudo disimular los hematomas que le había producido la agresión pese a que tapaba su cara con un pañuelo cuando los agentes la vieron caminando por dentro del establecimiento. La afectada optó finalmente por no presentar una denuncia contra su marido y, ayer, durante el juicio la acusación particular también anunció su deseo de retirarse.

Durante las primeras pesquisas, pese a todo, se pudo averiguar que la pareja se encontraba presuntamente en estado de ebriedad después de haber visitado la Feria Medieval y haber ingerido mucho alcohol. La defensa intentó argumentar en la vista oral que este hecho fue un factor decisivo en la discusión y que el hombre nunca quiso menoscabar la integridad de su mujer.