Las fuerzas policiales de la Isla están intentando aclarar si los últimos robos con el procedimiento del butrón que se han registrado, sobre todo en zonas próximas al municipio de Eivissa, son obra de un mismo grupo o si existe alguna relación entre éstos. Las investigaciones se están llevando a cabo con elevado secretismo pese a que cada vez trascienden mas casos. El último, un asalto a una empresa de la zona de Sant Jordi en la que los ladrones entraron en el lugar tras practicar un agujero que les dio acceso a la zona donde se cree se hallaba la caja fuerte.

Éste último robo se suma a los registrados en las últimas semanas en una gasolinera de la avenida de Sant Joan de Eivissa y en una tienda de la avenida de Bartomeu Rosselló, conocida como la 'calle de las franquicias'. Algunas fuentes indicaron que el mismo sistema se empleoó en unas oficinas de la avenida de España hace ahora más de un mes.

Sin alarmas

Según la información recogida por este periódico, en todos los casos los ladrones se las ingeniaron para desconectar las alarmas que hubiera e intentaron también bloquear los sistemas de videovigilancia que se descubrieron.

Los robos también están acreditando que los ladrones toman sus precauciones, planifican sus 'golpes' y utilizan las herramientas precisas para abrir los boquetes y, con pericia, reventar las cajas fuertes. Otro punto que está por dilucidar es si, en algunos casos, los asaltantes han contado con algún tipo de información «reservada» que les ha permitido alcanzar con mayor facilidad y conocimiento sus objetivos.

El robo en 'Pimkie', el comercio de Vila, se perpetró de madrugada durante un fin de semana en que había una fuerte recaudación: más de 30.000 euros, según las fuentes. Los ladrones operaron desde un bloque de viviendas ubicado a las espaldas del comercio. Se ignora si la mismas personas desvalijaron durante esas horas otra tienda próxima de moda infantil tras forzar sólo una puerta.

Con igual sigilo actuaron en la gasolinera de la salida de Vila, junto a los almacenes Fita. Trabajaron parapetados junto a una casa y entre el cobijo que les daba un grupo de árboles.