Un cocinero italiano residente en Formentera que reconoció haber agredido a su ex compañera sentimental después de que supuestamente hubiera abusado del alcohol y la cocaína tras estar seis meses trabajando sin librar un sólo día ha sido condenado a dos años de prisión y a indemnizar a la que fuera su pareja con 700 euros.

La sentencia, dictada por la juez Martina Rodríguez, titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, ha tenido en cuenta la circunstancia de drogodependencia del acusado, persona que semanas atrás se sentó en el banquillo para enfrentarse a casi tres años de cárcel.

El acusado reconoció durante la vista oral los hechos que se le imputaban pero consideró excesiva la pena que se le pedía. La afectada también consideró que la actitud de su ex compañero, con el que comparte un hijo de tres años de edad, se debió en gran medida a su dependencia al alcohol y a la cocaína. «Se me fue la olla», dijo el sospechoso el día del juicio.

Los hechos enjuiciados ocurrieron el pasado 3 de octubre después de que el cocinero, un hombre que se presentó como una persona agobiada por su trabajo y necesitada de tomar estas sustancias estupefacientes para poder soportar su carga laboral, se presentara en la casa de Sant Ferran en donde residía con su novia a una hora próxima a las tres de la madrugada.

En casa de un amiga

La sentencia recoge como probado que la mujer, asustada por el comportamiento agresivo del acusado, salió de la vivienda con su hijo para, a continuación, refugiarse en el domicilio de una amiga en el Pilar de la Mola.

El maltratador localizó a su compañera cinco horas después. Tras dirigirse a la casa de la persona que la había acogido y, nada más verla, le propinó una sucesión de golpes y puñetazos en la cara, acompañando su agresión con amenazas directas de que la iba a matar. La víctima necesitó 20 días en curar de las lesiones que padeció, siete de ellos impeditivos. La pelea acabó tras acudir al domicilio una patrulla de la Policía Local.

Según explicó la propia ex compañera del acusado, su pareja llevaba consumiendo alcohol y cocaína en grandes dosis durante los dos últimos años.