Una mujer solicita para su ex pareja, a través de su abogado que actúa como acusación particular, una pena de ochos año de cárcel para un delito de maltrato, vulnerar una orden de alejamiento anterior y amenazas de muerte, un caso por el que el Ministerio Público pide 20 meses de prisión.

El caso lo dejó visto para sentencia ayer por la mañana la juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano. Por su parte, la defensa puso sobre la mesa la escasa entidad de las heridas sufridas por la mujer e insistió en que no quedaron probadas las supuestas amenazas de muerte. El hombre se encuentra, con carácter provisional, en la prisión de Eivissa por este caso.

Los hechos ocurrieron, presuntamente, el pasado 16 de agosto en la casa en la que la supuesta víctima trabaja cuidando a una anciana. El hombre acudió a esta vivienda y, aprovechando que la puerta estaba abierta, entró con un cuchillo de cocina en la mano.

Según la acusación, el hombre, sobre quien pesa una condena previa por maltrato de mayo de este año, agarró con una mano a la mujer por el cuello y con la otra le puso el cuchillo en el abdomen.

La mujer comenzó a pedir auxilio y el primero en acudir fue un vecino que ayer, ante la juez, declaró que en el momento en que lo consideró más apropiado logró quitar el cuchillo al hombre, que se encontraba en avanzado estado de embriaguez.

El cuchillo

El hombre quedó en las escaleras de la vivienda mientras el vecino se encargaba de la mujer y llamaba a la policía. Un segundo vecino que llegó después alertado por los gritos de socorro declaró que, en las escaleras, el hombre dijo que si lo metían en la cárcel mataría a la mujer.

Cuando llegó la policía, encontraron a la mujer con la camiseta rota y un corte leve muy superficial en un costado. Uno de los policías declaró que el acusado, sentado en las escaleras, repetía: «Se me ha ido la olla... Se me ha ido la olla...».

Teleconferencia problemática

El juicio estuvo a punto de suspenderse porque no había forma de que funcionara el sistema de videoconferencia con Maó, desde donde declaraba un testigo. Finalmente, se logró que el juicio concluyera.