La Guardia Civil ha desarticulado un grupo formado por ocho adolescentes de Sant Antoni y Sant Mateu, cinco de ellos menores de edad, que presuntamente cometió varios robos de pequeña entidad en las últimas semanas, informaron ayer fuentes judiciales.

De los ocho detenidos, dos de ellos fueron puestos en libertad por la Guardia Civil porque no hay cargos contra ellos. Entre estos se encuentra la única miembro del grupo, que al parecer es pareja de otro de los integrantes. Los otros tres menores de edad del grupo también fueron puestos en libertad precisamente por no haber cumplido aún los 18 años.

Ayer fueron puestos a disposición del juzgado de guardia los tres mayores de edad del grupo, ninguno de los cuales supera los 19 años de edad. Son de Sant Antoni y Sant Mateu.

El primer robo presuntamente cometido por este grupo se produjo entre los días 6 y 8 de noviembre en una tienda de productos electrónicos de Vila, de donde, supuestamente, se llevaron 17 teléfonos móviles. Para cometer el robo rompieron una persiana.

Los responsables del local presentaron una denuncia y, al parecer, la Guardia Civil decidió 'pinchar' los teléfonos móviles robados que por lo visto fueron usados por los propios jóvenes.

En el colegio

Entre el 19 y el 22 de noviembre cometieron, presuntamente, otro robo, éste en el colegio de Sant Mateu, de donde se llevaron dos ordenadores y un equipo de música, informaron fuentes judiciales.

También el 22 de noviembre cometieron, supuestamente, otro robo, este en una casa de la localidad de Sant Mateu, de cuyo estacionamiento se llevaron una moto marca Honda.

Finalmente, el pasado 30 de noviembre se produjo el último robo cometido, supuestamente, por este grupo. Fue en la vaquería de Santa Gertrudis. De allí sustrajeron, según las sospechas, cuatro garrafas de aceite. Al parecer, se ha logrado recuperar todo lo robado menos uno de los ordenadores. Al parecer, este ordenador fue desechado por los presuntos ladrones. Otras fuentes calificaron los robos como de «poca monta» y destacaron que lo importante es «parar los pies» a estos adolescentes antes de que su caso acabe siendo preocupante.