Un menor de 17 años ha sido detenido por la Guardia Civil en Arriate (Málaga) por su supuesta implicación en la muerte de María Esther Jiménez Villegas, de 13 años, cuyo cadáver fue encontrado el pasado 20 de enero en la caseta de una depuradora de esta localidad, han informado a Efe fuentes cercanas al caso.

El arrestado, que es vecino de esta localidad, en numerosas ocasiones había pedido justicia tras el hallazgo del cadáver de la niña y estuvo trabajando hasta ayer.

Los agentes han practicado un registro paralelo a la detención con autorización judicial para intentar recabar nuevas pruebas, tras lo que el detenido será trasladado al cuartel del instituto armado en la vecina ciudad de Ronda y se pondrá a disposición de la Fiscalía de Menores para prestar declaración, según las fuentes.

Los guardias han acordonado gran parte de una céntrica calle de Arriate, a la que se han desplazado media docena de vehículos del instituto armado con efectivos para evitar que los vecinos se pueden acercar al menor y donde hay una gran presencia de medios de comunicación.

En la investigación ha participado el grupo de Homicidios de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Málaga, que ha contado con el apoyo de la Unidad Central Operativa (UCO) del instituto armado.

La investigación del caso continúa abierta debido a que es un menor y se investigan todavía ciertos extremos, aunque las pruebas de ADN y los restos biológicos coinciden con el detenido.

María Esther habría cumplido 14 años el pasado martes, motivo por el que los padres le tributaron esa noche un homenaje que consistió en depositar flores y un cuadro con una foto en el lugar donde se localizó el cadáver.

La autopsia confirmó la muerte violenta de la niña, cuyo cuerpo fue encontrado un día después de su desaparición con la cara cubierta en una caseta contigua a una piscina, zona en la que los investigadores encontraron muchas huellas.

Tras el hallazgo del cadáver, la familia de María Esther pidió justicia y su tía, Patricia Villegas, fue más allá al demandar un endurecimiento de las penas, y que en caso de que el presunto autor de la muerte de su sobrina fuese un menor, fuera castigado «igual de duro que un adulto porque para matar no ha tenido consideración».

Dos meses y una semana antes de su muerte, se recibieron en el domicilio familiar dos cartas anónimas con amenazas que iban dirigidas a la menor y que terminaban con la frase «María Esther, si hablas te mato», según comentaron sus padres.

En aquel momento, pusieron el contenido de esas misivas en conocimiento de la Policía Local y del instituto de enseñanza secundaria donde cursaba estudios la joven, y fue a raíz de la muerte cuando informaron a la Guardia Civil por si las cartas guardaban relación con lo sucedido.

Ante la intranquilidad de los vecinos de Arriate, un municipio de 3.500 habitantes cercano a Ronda, el delegado del Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido, pidió días atrás sosiego y aseguró que la muerte de la niña era un «caso aislado» que no comprometía la seguridad ciudadana en la localidad.

La menor recibió sepultura en Paterna de Rivera (Cádiz), localidad natal de parte de su familia, tras un funeral al que acudieron cientos de personas.