El acusado, un joven de 24 años de nacionalidad uruguaya que trabajaba de camarero en la Isla, fue apresado por la Policía Local de Santa Eulària cuando supuestamente realizaba, junto a su coche, un 'pase' de droga en el aparcamiento de Las Dalias en la madrugada del 15 de septiembre de 2009. Se le intervinieron seis bolsitas de cristal de éxtasis, que en total contenían algo más de cuatro gramos de MDMA, un dosificador con menos de un gramo de cocaína y un trozo de hachís. La pureza de la droga era escasa: un 34% en el caso del éxtasis y un 9% en el de la cocaína.

Si la Audiencia Provincial considera que dichas sustancias estaban destinadas a su comercialización el ex camarero puede ser condenado a cuatro años de prisión. Es el caso típico en el que la legislación española castiga el acto de venta y no tanto la cantidad que se requisa en decomisos de 'menudeo'.

Sin embargo, el acusado, apoyado por un grupo de amigos que en el juicio celebrado ayer en Eivissa dijeron acompañarle en la noche de su detención, aseguraron que toda la droga era para compartirla y que habían salido al aparcamiento porque la fiesta a la que habían ido no era de su agrado y querían «toma un vino». «No la habíamos abierto porque no estábamos dentro», explicó uno de ellos.

Acelerón

Los agentes de la Policía Local de Santa Eulària que realizaron este servicio pusieron en tela de juicio estos extremos. «Fuimos al coche donde estaba porque parecía que se estaba haciendo una compraventa. Al vernos, el coche que estaba a su lado aceleró y se dio a la fuga. Lo único cierto es que cuando preguntamos al grupo, los amigos del acusado no quisieron saber nada de la droga», señaló uno de los agentes.