Un residente marroquí de Santa Eulària fue condenado ayer a seis meses de prisión y a hacer frente a multas que en su conjunto suman los 240 euros por unos hechos ocurridos hace cinco años después de que el acusado, borracho, irrumpiera en un bar de esta localidad y amenazara, con gestos, al propietario de la cafetería con «pegarle dos tiros y cortarle el cuello». El sospechoso, Jamar E.H., preso ahora por otra causa, fue apresado por la Policía Local, pero tuvo que ser reducido por la resistencia que ofreció.

Altercado

El caso fue visto ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa y se resolvió con una sentencia de conformidad después de que el acusado reconociera los hechos que se le imputaban y que se referían a un suceso ocurrido el 31 de marzo de 2006.

Los incidentes que motivaron su detención tuvieron lugar después de que el acusado, al parecer, fuera invitado a salir de un bar de la calle Sant Jaume donde, bebido, estaba ocasionando molestias.

Jamar E.H. regresó instantes después y con el dedo en alto le dijo al propietario que le iba a «pegar dos tiros en la cabeza» y que luego le cortaría el cuello. Una vez fuera del establecimiento, y en actitud agresiva, le propinó un cabezazo a otra persona.

Tras ello, huyó. Avisada la Policía Local sobre el altercado, una patrulla lo localizó instantes después. El sospechoso, lejos de amedrentarse, continuó comportándose violentamente y destrozó un espejo retrovisor de un vehículo policial.

En la sentencia que aceptó ayer, la juez lo condenará por faltas de amenazas, malos tratos y daños, así como por un delito de resistencia. Este último hecho, precisamente, es le que le ha costado una pena mayor: seis meses de cárcel.