Fotografía facilitada por la Guardia Civil de Cantabria que ha desarticulado una banda dedicada a introducir y distribuir en España speed fabricado en Europa, en una operación denominada "cafeto", en la que han sido detenidas doce personas y se han intervenido 102 kilos de esta droga sintética, la mayor cantidad requisada este año. También y en la misma operación se inacautaron 215.321 euros y joyas, utilizadas como pago en las transacciones delictivas.

La Guardia Civil de Cantabria ha desarticulado una banda dedicada a introducir y distribuir en ciudades españolas, entre ellas Eivissa, speed fabricado en Europa, en una operación denominada «cafeto», en la que han sido detenidas doce personas y se han intervenido 102 kilos de esta droga sintética, la mayor cantidad requisada este año.

La organización, radicada en Cantabria y dirigida por un hombre de 33 años considerado uno de los mayores traficantes de speed del país, compraba la droga principalmente en Holanda y la introducía en España en camiones a través de la frontera de Francia, para después distribuirla.

La droga se preparaba para su venta en Cantabria y después se vendía en esta comunidad autónoma y en Castilla y León -Valladolid y Burgos-, Zaragoza, Madrid, Eivissa y Cádiz, País Vasco o Asturias.

El responsable de la organización mantenía contactos con personas el Holanda con la intención de introducir cien kilogramos de speed a la semana, aunque la Guardia Civil cree que también compraba en Rusia, Alemania y Polonia, donde se encuentran los centros europeos de fabricación de esta droga sintética.

El delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez; el coronel jefe de la trece zona de la Guardia Civil, Justo Chamorro, y el capitán Angel Pérez, responsable de la Policía Judicial, han presentado hoy en rueda de prensa esta operación, sobre la que se ha decretado secreto de sumario y que continua abierta para detener a las personas que distribuían la droga al menudeo.

La Guardia Civil ha detenido a doce personas: el jefe de la organización, un vecino de Laredo de 33 años considerado uno de los mayores traficantes de speed de España; una persona de su total confianza; un proveedor en Holanda, dos transportistas y dos personas que recibían la droga y la repartían entre otros cinco miembros de la banda que, a su vez, la distribuían para su venta a pequeñas traficantes.

La operación «cafeto» se puso en marcha en agosto de 2010, cuando la Guardia Civil tuvo los primeros indicios de la existencia de esta red, formada por personas que, según el capitán Angel Pérez, en algunos casos son «clásicos» en el tráfico de esta droga y se dedican a esta actividad desde hace cuatro o cinco años, aunque no como grupo organizado.

El 2 de abril se produjo la primera detención, de un camionero de 51 años, vecino de Santander, que fue interceptado en el puente internacional de Biriatou, en la frontera franco-española, cuando intentaba introducir en España, ocultos en la cabina, 102 kilos de speed procedentes de Holanda.

Esta cantidad es la más alta intervenida en España este año y una de las más elevadas de los últimos veinte. Su precio al por mayor es de 1,7 millones de euros, aunque en la venta al menudeo el valor se multiplica por cuatro.

El jefe de la banda, cuya identidad responde a las iniciales R.B.P, y otros cuatro miembros de la organización fueron arrestados el 4 de abril, cuando iban a reunirse a raíz de la intervención del camión con el speed.

A estas detenciones, les sucedieron otras, los días 5, 11 y 12 de abril.

En el transcurso de la operación, la Guardia Civil ha practicado doce registros, en los que ha intervenido 250 gramos de cocaína y otros tantos de hachís, sustancias para el corte de la droga, 36 teléfonos móviles, vehículos de alta gama y 215.321 euros.

El delegado del Gobierno ha subrayado la complejidad de esta operación, porque tiene ramificaciones internacionales y por las «escrupulosas» medidas de seguridad que mantenían los miembros de la banda para no ser descubiertos.