Un vecino de Santa Eulària de 59 años que en la actualidad se encuentra preso por delitos de maltrato ha sido condenado a ocho meses más de cárcel después de que destrozara el bar de su exmujer cuando tenía prohibido acercarse o comunicar con la afectada. El suceso tuvo lugar tan sólo después de que éste quedara en libertad tras haber cumplido nueve meses y un día de reclusión también por quebrantamiento de condena.
El acusado, J.T.R., se presentó a última hora de la tarde del 5 de abril en el local que su expareja, con la que estuvo casado durante dos años, en claro estado de ebriedad, según ha declarado como probado la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Evissa, la magistrada Martina Rodríguez.
Dicha persona declaró en el juicio que había bebido cuatro botellas de vino y media de brandy cuando fue a ver a su exmujer, aunque negó la violencia que sí ha considerado probada la juzgadora
El sospechoso relató que previamente había ido a «visitar a unos amigos aprovechando la festividad de Sant Vicent». Irrumpió en el bar y le dijo a la víctima que todo lo que disfrutaba era «suyo y que le había arruinado la vida, quitándole los hijos, y que, por todo ello, la iba a matar», según se recoge en la sentencia.
El acusado la emprendió entonces con el mobiliario. La mujer, presa de una crisis de ansiedad, huyó y precisó asistencia en el centro médico.
La Policía Local de Santa Eulària, alertada, sorprendió a J.T.R. cuando aún seguía en pleno ataque vandálico. «Parecía que había pasado un tsunami», dijo el día del juicio una testigo.

Dispuesto a buscarse una nueva novia en Ecuador
En las últimas palabras que el acusado pronunció en su juicio no sólo renegó de «este país» sino mostró su deseo de que se le diera la oportunidad de irse de la Isla para poder empezar una nueva. Según la información recogida por este periódico, ello incluye viajar a Ecuador para buscar novia.